La transición de la Selección sigue a buen ritmo

La Selección está en pleno proceso de transición. Sergio Scariolo lo ha declarado en múltiples ocasiones desde el final de los Juegos de 2020. En Tokio, tras la derrota en cuartos contra Estados Unidos, Pau y Marc Gasol anunciaron su retirada del equipo nacional. También lo hizo Sergio Rodríguez. Antes habían caído Juan Carlos Navarro, José Manuel Calderón, Jorge Garbajosa… Tras París dirá adiós, Rudy Fernández. El último integrante del oro en el Mundial 2006. Sergio Llull, y a la espera de despejar la duda Ricky Rubio, será el único que quedará en pie de un grupo extraordinario que comenzó con los Júniors de Oro y que conquistó 11 medallas.

Jugadores difíciles de reemplazar. Una labor compleja que el italiano está sabiendo manejar y que, con más dificultades (muchísimas en algunos casos) que en el pasado, logra alcanzar metas. Algunos enormes e inesperados, como el oro en el Eurobasket de 2022, y otros en apariencia menores como esta clasificación para París 2024 tras vencer en el Preolímpico de Valencia a Bahamas y los billetes con la llamada Selección B a dos Mundiales (China 2019 e Indonesia, Filipinas y Japón 2023) y un Europeo, el mencionado de hace dos años.

Clasificaciones fundamentales para que los nuevos internacionales cojan kilómetros en la élite de selecciones. Una idea que también se aplica a la Selección femenina. “Es cuestión de adquirir oficio y experiencia. Tenemos muy claro cuál es el recorrido, a dónde vamos, por quién queremos apostar”, dijo Scariolo en la rueda posterior a la final frente a los caribeños. Un duelo en el que algunos de los llamados a liderar la nueva generación fueron capitales como Willy Hernangómez, un puente entre lo antiguo y lo nuevo, y Usman Garuba. Pero, sobre todo, el MVP del torneo, Santi Aldama, que tras su nervioso estreno español en el Mundial de 2023 completó un Preolímpico maravilloso.

El único toque de atención alarmante en esta transición fue el Mundial del verano pasado. España no pudo meter mano en la segunda ronda ni a Letonia ni a Canadá. Un tropiezo que dejó un sabor amargo. El de Brescia, sin embargo, no se puso nervioso: “Allí competimos muy bien”, aseguró en la sala de prensa de La Fonteta. Un discurso que ha mantenido desde la eliminación de un campeonato en el que la Selección, eso sí, tuvo las bajas importantes de Ricky Rubio y de Lorenzo Brown.

El fichaje del estadounidense, nacionalizado para el Eurobasket de 2022, también es clave en que el proceso avance. El base es el único internacional, al margen de Llull posiblemente, que tiene un peso en un equipo de alto nivel como es el Maccabi y en una competición de alto nivel como es la Euroliga. Da experiencia, calidad y tranquilidad en los momentos claves.

Lo mejor de este proceso es que el cambio de cromos no parece haber alterado ni un ápice la filosofía ni la unión del grupo. El que llega nuevo, la adquiere con rapidez de los más experimentados. Lucha, tensión, nunca darse por vencido. Ideas muy arraigadas dentro del colectivo y que se han expandido a un gran número de jugadores gracias al establecimiento de las Ventanas en 2017.

Unos clasificatorios al que la FEB y Scariolo supieron adelantarse y gestionar mejor que sus rivales, y que ha sido la base de este, hasta la fecha, correcto cambio generacional. Brizuela, Alberto Díaz, Jaime Fernández, Sebas Saiz, Fran Guerra… son algunos de los jugadores que comenzaron a foguearse en la llamada Selección B, que arrancó con la concentración de Benahavis en el verano de 2017. Desde ahí, decenas de jugadores se empezaron a unir a la órbita de la Selección y los buenos resultados llegaron mientras el resto de los países, sin sus Euroligas, sus NBA y sin clase media, buscaban la mejor forma de resolver el entuerto. Una distancia que poco a poco se acorta y que habrá que gestionar de nuevo.

Ese ascenso de los jugadores de las Ventanas tiene un origen, en muchos casos, en las exitosas categorías inferiores españolas y que Scariolo ha querido vincular rápidamente con los mayores a través del proyecto Golden Boys 2.0: Aday Mara, Izan Almansa, Hugo González... Con esta iniciativa, los jóvenes comienzan a captar los ritmos de la Selección y de Scariolo uniéndose a los entrenamientos de la Absoluta antes de los campeonatos.

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