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EUROBASKET 2023

La Selección se amuralla en el Eurobasket

España cimienta su crecimiento en el campeonato en su defensa, la cuarta en la fase de grupos, y en su habilidad como ladrona.

Laura Gil, pívot de la Selección, durante un entrenamiento en Liubliana (Eslovenia).

¿La defensa? A mí encanta. Me lo paso superbién haciéndola: si puedes quitarle el balón a la base o a la alero rival y verla la cara… me pone”. Queralt Casas (Bescanó, Girona, 1992) responde con una sonrisa amplia cuando se la pregunta por uno de los grandes pilares sobre los que se ha asentado la recuperación de la Selección en este Eurobasket, en el que pasó del infierno al cielo, de las dudas a la primera plaza del grupo A (con pase directo a cuartos como premio).

Desde la afrenta de los 67 puntos que le anotó Letonia en la derrota de la jornada inaugural, España se puso firme: Montenegro solo alcanzó los 57 y Grecia, en el duelo clave, los 60 para cerrar la fase de grupos como el cuarto equipo con menos tantos recibidos con 61,3 de media. Solo Bélgica (54,7), Francia (58,3) y Alemania (60,3) finalizaron por encima de una Selección que es pura energía cuando el rival prepara sus ataque. Hay fe y lucha, aspectos innegociables para las chicas de Miguel Méndez. “Son nuestras señas de identidad. Somos unas guerreras. Da gusto”, continúa la escolta.

Queralt Casas, escolta de la Selección, durante el partido ante Montenegro en el Eurobasket.
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Queralt Casas, escolta de la Selección, durante el partido ante Montenegro en el Eurobasket.

Frente a las helenas, dos de las destacadas fueron Raquel Carrera y Laura Gil, las dos guerreras de la zona española, que sin Astou Ndour han dado un millón de pasos hacia adelante. “Flipo con ellas. Cuando ves a Fasoula, que es una jugadoraza, y a Spanou desquiciadas, y no porque fallen, sino porque no tocan la bola… ¡Son una pasada!“, asegura Casas sobre las dos líderes (aunque parezca mentira) de robos en el equipo: Gil es la 15ª del campeonato con 1,7 por duelo en la fase de grupos y Carrera… la 4ª, con 2,7 por duelo. El dato de la gallega del Valencia Basket no sorprende a Maite Cazorla: “Normal. Es que lo hace muy bien. Tiene una capacidad para saltarse en contacto y tocar balones. Puede que no robe el balón, pero simplemente tocarlo y que otra tenga la opción de cogerlo. Tiene mucho talento”.

Aunque las dos grandes no son las únicas que saben ponerse el guante blanco. Casas también se desata en cada partido. Está en el Top-30 del torneo con 1,3 (3ª en la plantilla). Puro incordio que hace que la Selección sea la cuarta en ese aspecto en el campeonato con 9,7 por encuentro. Y la primera en el ratio robos/pérdidas con 1,2 con 29/25 (el que menos del campeonato), respectivamente. Nadie más alcanza el 1. “En España la defensa nos encanta: defender, robar balones, correr… Cuando lo hacemos bien, el ataque es más fluido. Y es nuestro punto fuerte”, subraya la catalana, que alaba a otro de los ‘incordios’ de la Selección, su compañera en el Valencia Basket Cristina Ouviña: “Es igual que yo. Es un gustazo estar con ella. Ella (molestando) a los bases y yo, a las exteriores… Cuando la ves ahí, tocando balones… Mutuamente nos motivamos”.

“Tenemos muchos perfiles de grandes defensoras”, dice Ouviña sobre un equipo en el que no falta inteligencia atrás. Aunque hay más cosas como reconoce Cazorla: “Tiene que haber de todo. Inteligencia de saber tu capacidad defensiva, de si tienes más patas para presionar dependiendo de la jugadora que tienes adelante. Eso es muy importante. Y, a partir de ahí, son las ganas que tenemos de luchar, de ir a por todas, a por el rebote, de una ayuda”. Palabra de las constructoras del muro español.