Martín: “Me da felicidad ir todos los días al Fernando Martín”
El entrenador (San Sebastián, 1978) llegó este verano al Flexicar Fuenlabrada, que este viernes se mide con el líder Leyma Coruña (20:45 horas).


Iñaki Martín (San Sebastián, 1978) aceptó este verano el banquillo del Flexicar Fuenlabrada. Un puesto complicado, por la historia del club madrileño y por los problemas económicos y de impagos que arrastró la temporada pasada. Pero como no hay mala plaza, sino malos toreros, el vasco aceptó.
El técnico presenta una dilatada experiencia en todas las categorías del baloncesto español, incluida la Liga Endesa con Gipuzkoa y Casademont Zaragoza. Con este último club, empezó de ayudante la temporada pasada antes de tratar de salvar a su Valladolid. La experiencia pucelana fue incompleta: fue destituido a falta de tres jornadas y con el equipo, que finalmente descendió, aún en puestos de permanencia.
Historia antigua que ahora deja paso al Fuenla, que este viernes se enfrenta en A Coruña al Leyma (20:45 horas, LaLiga+). Los gallegos son líderes con un balance de 5-0. Los madrileños también están invictos en Liga con cuatro victorias y un partido menos ya que descansó en la jornada inaugural de esta Primera FEB impar de 17 equipos.
¿Qué tal se encuentra en Fuenlabrada?
Muy bien. Estoy a gusto, estoy contento de haber tomado esta decisión. Con toda la movida que tuvieron el año pasado, las expectativas estaban demasiado bajas. Ahora, los resultados nos acompañan y hay que ir poco a poco. En pretemporada, la gente se podría haber puesto muy nerviosa y no lo hizo. Ni el club ni la afición ni el propio equipo.
¿Fue difícil escoger Fuenlabrada? Lo digo por las movidas a las que se refiere, los impagos…
No. Porque Eduardo Pascual (director deportivo) es muy claro conmigo. Y yo con él. No hablamos ni de dinero. Él me dice cómo será la construcción de la plantilla, las dificultades, la economía, el presupuesto… y yo le dije las dos cosas que necesitaba para ir a muerte con él. Primero, ir todos de la mano, con el mismo objetivo, sin fisuras. Que todos tuviéramos claro que hay que confiar los unos en los otros porque yo venía de un año un poco complicado.
Y lo segundo, si éramos capaces de hacer un equipo real. Si se tenía un presupuesto bajo, ya nos las apañaremos Edu y yo para hacer el mejor equipo posible. Si es alto, pues los objetivos serán otros y se hará otro tipo de plantilla. Ambas premisas se cumplieron.
No lo dude. Es un club histórico, y por referencias y por conocimiento de cómo era Edu Pascual no tuve ninguna duda. También es una apuesta por parte del Fuenlabrada, una apuesta por un entrenador que no termina la temporada pasada, no está en las últimas tres jornadas, con un club que coge en descenso y deja en permanencia. Está saliendo bien todo y yo estoy superfeliz en Fuenlabrada.
Hablemos de esa etapa en Valladolid, ¿Le dolió la forma en que lo echaron?
Sin duda. Cuando estás metido en el meollo de todo no asimilas ni pones en contexto todo lo que está pasando. Luego, sí que te das cuenta de que es una locura. Entiendo que nos jugábamos la permanencia y que perdemos de muy mala manera en Oviedo (105-69), que nos pasa por encima en un malísimo partido que empieza por mí. Pero luego diferentes analistas de la Primera FEB te llaman y te dicen que llevábamos la mejor dinámica desde que empezó la temporada en los últimos cinco partidos… Yo no me doy ni cuenta.
Soy cesado tras ganar tres de los últimos cinco. Remontando en casa contra Zamora, que era un equipo que peleaba por el playoff. La última imagen que tengo del Pisuerga es la de mi hijo pequeño chocando la mano con los aficionados y mis propios jugadores. Había salido de Zaragoza para ir a mi ciudad, a mi equipo. Había dejado pasar a un grandísimo club como el Casademont y siendo el segundo en el staff técnico de Porfirio Fisac.
Me duele que no dejaran esas tres últimas jornadas. Sobre todo, porque yo cojo al equipo en descenso, penúltimo, y en la jornada 31 estábamos en permanencia (15º, empatado con el 16º, el Grupo Alega Cantabria con un balance de 10-21). Son decisiones que no compartes, pero asumes. Me dolió mucho por ser mi casa, por lo que sufrió mi familia durante ese trayecto.
Volvamos al Fuenlabrada, ¿cómo fueron de complicados los primeros pasos con los jugadores llegando a cuentagotas? (Lassi Nikkarinen, el último fichaje fue anunciado el 13 de septiembre, la temporada empezó el 26).
No fue fácil, pero también era un poco provocado por Edu Pascual y por mí. Teníamos claro que queríamos una plantilla específica en cada una de las posiciones. Para ajustar todo eso, pasa tiempo. La afición ha tenido una paciencia increíble. Incluso, la propia directiva. ‘Parece que no arrancamos’. No, no, teníamos perfectamente determinado lo que queríamos en cada posición, lo que pasa es que al final hubo nombres que no salieron y otros que los podíamos fichar, pero que no eran lo que queríamos.
Tenemos una plantilla que tanto para Edu Pascual como para mí es muy buena. Corta, pero muy buena, que era lo que queríamos. Preferíamos calidad a cantidad. Lo que sí que es cierto es que esperemos que algún joven pueda sumarse a esa ficha número 10.
¿Crees que os puede afectar tener una plantilla corta, con solo nueve mayores, con el paso de los meses?
Sí, da miedo. Mentiría si dijera que estoy a gusto. Tengo que limitar sesiones y volumen. En los entrenamientos contamos con invitados de lujo como Pablo Suárez, Viny Okouo… jugadores que nos dan nivel de entrenamiento, pero los que están acostumbrados a jugar minutos de competición tienen otro ritmo, y eso se nota.
Cuando me presenta la oferta Edu Pascual, digamos que me asusta más que me ayuda, pero con todo, voy para adelante. Confio en él y en lo que me ha descrito. Edu ha hecho un trabajo increíble. Y en determinadas posiciones ha sido un mago. Es verdad que fuimos tarde, que la pretemporada ha sido muy dura tanto a nivel de resultados como a nivel de ajustar cosas. Yo me he desgastado mucho más con cosas de fuera de la cancha que con las de dentro, pero conseguimos un buen grupo.
Un grupazo humano. Los chicos son de una calidad profesional altísima, y todavía más a nivel personal. Estamos encontrando ese buen juego de principio de temporada y vamos a intentar conseguir el mayor número de victorias posibles, que luego a lo mejor, al ser un plantel tan corto, con alguna lesión, costarán esas victorias que ahora por inercia estamos consiguiendo.
A pesar de todos esos problemas llevan un 4-0 de inicio. ¿Esperaba una puesta en escena tan buena?
Si miro la pretemporada, estaba con el culo apretado. Aunque me pasé la mayoría de ella hablando con el prepa para que no nos pasáramos de minutos. Queríamos llevarlo todo reglado y en muchos partidos no miraba ni el marcador. Pero es verdad que la incertidumbre era grande…
El juego que hacemos lo tenía en la cabeza porque es una cosa que le comenté desde el principio a Edu Pascual. Hubo posiciones en las que se nos escapó el jugador que queríamos y hasta que no dimos con otro parecido no paramos. La idea estaba clara.
El crecimiento de nombres como Mateo Díaz y como Dani Manchón ha sido grande. Y hay jugadores que ahora mismo están a un nivel que no habían tenido tras muchos años en esta Liga. Alex Murphy está en sus prestaciones y Jonathan Kasibabu, con el cambio de rol, le ha aflorado la sonrisa. Está metido de una manera increíble en la dinámica del equipo. Viene de ser un worker, un jugador de equipo y ahora tiene que asumir minutos, y sabe que es muy importante.
Debemos tener paciencia con los nuevos, con Lassi (Nikkarinen) y con Cameron (Martin)… les vamos encontrando y se van encontrando ellos mismos. Belemene, que conoce bien la Liga, está cada vez mejor físicamente, y Rigot tiene un talento y una calidad en ataque… Sabía que iba a ser una temporada de ir partido a partido, ¿qué podríamos empezar 4-0…? Lo que teníamos claro es que debíamos ganar en casa. Un 4-0, no; pero un 3-1, sí.
Ahora viene lo duro. Viene Coruña y luego Estudiantes dos jornadas después. Oviedo está jugando muy bien y nos toca después de Coruña. Te mentiría si te dijera que veía el 4-0. No lo veía, pero sí pensaba que servirá jugar en casa para empezar bien la temporada.
Un buen inicio que llega con el premio Mejor Entrenador del Mes de Octubre-Trofeo AEEB.
Para mí solo es un pedacito de este premio. Cuando te dan estos premios, que podría perfectamente compartir con Carles Marcos (el entrenador de Coruña también ha comenzado 4-0), creo que son compartidos por la ayuda de mi staff para preparar los partidos. También con mis jugadores por su performance en cada partido. Para el club, por su tranquilidad para dejarme tomar decisiones sin ponerse nerviosa durante la pretemporada…
Ir a trabajar todos los días al Fernando Martín, con un director deportivo que me apoya, que confía en mí y está tranquilo, y que valora y confía en todo lo que hacemos, me da tranquilidad y felicidad. Le podría hablar de la propia afición, que nos ha llevado en volandas en los tres partidos en casa.
Es un premio individual, pero compartido. Para mí es un pedacito, pero sí que me va a tocar invitar la semana que viene a un piscolabis (ríe). Esto es de todos. Sin todos esos actores no se podría haber conseguido. Así que tranquilidad, partido a partido, tenemos un miura de narices el viernes en Coruña e intentaremos hacer lo de cada encuentro: prepararlo y tratar de hacer bien las cosas para llevarnos la victoria.
¿Tener a un jugador de la talla de Vitor Benite cuánto ayuda?
Buaaaa… es que no solo te ayude dentro del campo, es que también lo hace fuera. Hablas con él a un nivel casi de entrenador. Hay una cosa que valoramos muchísimo los técnicos: es clave tener un referente que pocas veces se equivoca en los finales de partido, como se vio ante el Tizona en Burgos.
Es un excelente profesional. Muchos podrían pensar que al estar en Primera FEB estaba de capa caída… pues no. Está a un nivel de entrenamientos y de profesionalismo top.
Como persona es top. Su actitud con los jóvenes… Ayuda a todo el mundo. Se involucra en la mejora del equipo, con ideas. Habla conmigo muchísimo, con los jóvenes, con los compañeros que son importantes en el roster. Es un lujo tenerlo a nivel profesional y personal. Nos ha pegado un subidón de nivel y de competitividad increíble.
¿Cómo se mete mano a un equipo como el Leyma Coruña?
Buffff. Son un equipo muy sólido. Son muy duros. Tienen muchísima energía. Juegan muy versátil, muy rápido. Tienen un excelente entrenador que está sacando jugo a todos sus jugadores. Aparte del juego y del entrenador, tienen un roster que es de altísimo nivel, con gente que ha ascendido como Didac Cuevas, Joe Cremo… Tienen a Jorgensen, que para mí es top en esta categoría. Es muy raro que con pasaporte, ningún ACB le haya visto para su rotación.
¿Cómo se le puede echar mano? Sobre todo, frenando sus primeros diez segundos porque son un equipo apisonadora. Como no defiendas bien el contraataque y la primera llegada, no te metes en el partido. Luego, saber cuáles son sus puntos fuertes, hacia dónde va el balón en los últimos segundos. Y que nosotros sigamos con el nivel de claridad ofensiva. A nivel defensivo que mantengamos las normas y llegar con opciones a los últimos cinco minutos porque tengo la suerte de dirigir a jugadores que han estado muy acostumbrados a finales de partido apretados como Benite. Ahí habrá opciones. De los cuatro transatlánticos que hay en la Primera FEB, creo que Coruña y Palencia juegan mucho más físico, con mucha más energía y velocidad que Obradoiro y Estudiantes, que juegan muy tácticos y con la calidad de sus jugadores. Como no les igualemos a nivel de energía, nos vamos a volver con un saco.
Los partidos contra el Oviedo y el Gipuzkoa son en casa, en el Fernando Martín, y la afición también suele desplazarse así que en A Coruña y contra el Estudiantes también estarán. ¿Cuánto os ayuda? ¿Nota la comunión con la afición?
La afición es una pasada. Es una locura. No es por ser populista ni tribunero, pero cuando me propusieron firmar por el Fuenlabrada otra de las ventajas fue esa. Fue otra de las sumas que puse en esa balanza porque la afición del Fuenlabrada es conocida por el cariño y el apoyo que da a todos sus profesionales, tanto a los trabajadores del club como a los profesionales sobre la pista. Eso te llega estando en otros equipos.
Cuando la conoces y ves el apoyo, el cariño que te dan… eso es vital. Estoy encantado y feliz. Me apoyaron desde el primer minuto y estoy absolutamente encantado. Y son determinantes y claves para haber sumado todas esas victorias en el Fernando Martín.
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