Garino salva al Movistar Estudiantes en un día horrible
Los colegiales ganan con una canasta a falta de 2 décimas del argentino a un buen Oviedo que tuvo en su mano el partido.
El Movistar Estudiantes salvó este domingo un partido que tenía perdido. Que debía haber perdido para ser más claros. Por el juego que desplegó, dubitativo, sin ideas claras. Sin entender y sin poder contrarrestar lo que le proponía en defensa y, sobre todo, en ataque el Alimerka Oviedo, que dejó escapar un duelo (76-78) que tenía muy de cara a falta de un minuto cuando estaba tres puntos arriba ante un rival noqueado, nervioso.
Pero los asturianos no lo abrocharon. Y vieron como la ilusión por tumbar a uno de los colíderes de la categoría se desvaneció por culpa de Francis Alonso y, sobre todo, de Pato Garino. El primero empató el encuentro con un 2+1 y solo 33 segundos por delante. Buena actuación del escolta: empezó sin tino, pero se entonó con el paso de los minutos para 13 puntos y mucha valentía en el uno contra uno. Le salgan o no las cosas, nunca se esconde y eso es siempre de agradecer.
Sin embargo, el gran héroe del día fue el segundo. El argentino derrumbó a los asturianos en 33 segundos con un tapón a Valinotti y el palmeó de la victoria a falta de 2 décimas. El argentino apareció de la nada para silenciar Pumaría, para dar la octava de la temporada a los colegiales en nueve jornadas. Una victoria fea, pero que vale igual. Los madrileños no estuvieron entonados, fallaron todo y más desde el perímetro (5 de 21), se liaron demasiado en batallas individuales sin prestar atención a la circulación y a los centímetros de más que sacaban por dentro. Pero bonito o feo, con problemas y deficiencias, estos son partidos que valen ascensos.
Los ramireños solo se sintieron cómodos durante 50 segundos con el 0-5 tras un triple de Granger. Desde ahí, todo fue muy forzado. Se apagaron los focos y el Oviedo ganó terreno y, lo que es más importante, confianza. A lomos de Mikel Sanz, Marc Martí y Raúl Lobaco, el Alimerka cogió los mandos del partido… pero nunca desbordaron a su rival que, aunque no tenía ideas, tiene calidad a raudales y en una pelea siempre consigue devolver el golpe. El 43-37 del descanso dejaba una cosa clara: si el Estu quería el partido debía dar un paso adelante ante un rival que se quedó sin entrenador en el segundo cuarto. Javi Rodríguez fue expulsado por doble técnica tras protestar demasiado una posible falta de Mus Barro en ataque.
El Estu dio el paso adelante en el inicio del tercer cuarto. Más presión defensiva, algo más de alegría en ataque… pero los ovetenses respondieron con un enorme Ikechukwu Nweke que se lo pasó en grande jugando el 2x2 con sus bases, con Dan Duscak y Joaquín Valinotti. Sin un buen día de Devin Hutchinson, la ventaja crecía, pero nunca llegaba a la decena y eso significa dejar vivo a un gigante peligroso. Que sufría mucho en el rebote (11 ofensivos permitidos) y que no estaba cómodo desde el perímetro, sí, pero que tampoco se descolgaba. Y así se llegó al último minuto, a la ilusión por la victoria y al frío por la aparición sorpresa de Garino. Una más. Sufrida, pero una más para el Estu.
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