NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

EUROBASKET 2022

Estrellado en la NBA, estrella en Alemania: el desafío de Schröder

Acabó mal en Lakers y Celtics, pero su talento es incuestionable. Con Alemania, Schröder busca la oportunidad de la redención y la reivindicación.

Acabó mal en Lakers y Celtics, pero su talento es incuestioble. Con Alemania, Schröder busca la oportunidad de la redención y la reivindicación.
OLIVER BEHRENDTGetty

Dennis Schröder (1993, Baja Sajonia, Alemania) siempre ha sido un jugador peculiar. Ciertamente inclasificable, su talento era innegable, pero su adaptación a determinados esquemas de juego se cuestionaba sin cesar. El base ha sido protagonista en las dos últimas temporadas por cosas que no tienen que ver necesariamente con el juego: salió de los Thunder tras promediar casi 19 puntos por partido como sexto hombre, quedándose a un paso del premio que finalmente conquistó Montrezl Harrell (no sin cierta polémica) y yendo rumbo a unos Lakers que venían de ganar el anillo para reforzar una plantilla en la que se encontraba LeBron James e intentar el asalto a un nuevo título.

Las cosas no salieron como se esperaban: ya sea por lesiones o por la incidencia de la pandemia del coronavirus, los Lakers no carburaron y tuvieron que jugar el play-in para verse las caras en primera ronda ante los Suns, una serie en la que más desgracias se juntaron para que ganar se convirtiera en algo directamente imposible. Schröder, que superó los 15 puntos por noche durante la regular season, bajó a 14 en playoffs, con un 40% en tiros de campo y un 30% en triples. A esas alturas, su adaptabilidad al equipo se había puesto en duda y su inicio de temporada contrastó mucho con su final. Y, en ese final, los Lakers no quisieron renovar a un jugador que salió a la agencia libre y al que le costó mucho encontrar equipo.

Ciertos rumores indicaban que los Lakers ofrecieron a Schröder en el primer tercio de la temporada un contrato de 84 millones en cuatro temporadas y que el base lo rechazó. Sin embargo, el alemán ha negado el hecho de recibir semejante oferta. De una forma u otra, Schröder ponía rumbo a los Celtics con 5 millones de salario, una cifra que distaba mucho de la que supuestamente le habían ofrecido. A mitad de temporada y tras no cuadrar en su nueva plantilla (para variar), le traspasaron a los Rockets, donde acabó la temporada. Y, en estos momentos, está sin equipo, aunque sus buenas actuacuones en el Eurobasket le permiten estar en muchas conversaciones actualmente. Las vueltas que da la vida.

Alemania, la salvación del salvador

Schröder es lo que es: un buen jugador con un gran talento, capacidad para revolucionar un partido o actuar de microondas, que puede tirar de tres cuando es necesario y que destaca en la penetración, para bien el balón y corre con acierto al contraataque. Pero necesita mucho balón y no es un especialista en el catch and shoot, lo que dificulta que cuadre en un equipo que luche por el anillo: los Lakers, que venían de ganarlo, querían el balón en manos de LeBron (que también quería el balón en sus manos) en el momento de la verdad. En los Celtics, que llegaron a las Finales unos meses después de su adiós, ya había demasiada gente que ejercía de playmaker (Jayson Tatum, Jaylen Brown, Marcus Smart...). En definitiva: un encuadre complicado.

Schröder funcionó en unos Thunder en los que se manejaba de sexto hombre, salía cuando descansaba Chris Paul y coincidía con él cuando era necesario, algo que no molestaba a su compañero, la otra cara de la moneda y capaz de adaptarse a todo lo que le rodea. En Alemania, Schröder se está reencontrando con su mejor juego y puede hacer todo lo que quiera, cuando quiera y como quiera. Sube el balón, lo tiene en sus manos y distribuye a los tiradores, anota, habilita a Franz Wagner o desarrolla el pick and roll con Daniel Theis. Ante Grecia, 8 de 15 en tiros de campo para 26 puntos y 28 de valoración, además de 3 rebotes y 6 asistencias. Su eliminación por faltas quedó en el recuerdo. Su capacidad para manejar el timing del partido y gestionar las ventajas germanas ha sido espectacular. Y vuelve a ser el jugador que causó sensación en la NBA. Pero, sobre todo, vuelve a ser el jugador que más le gusta ser.

Alemania juega en casa, tiene un bloque compacto, compensado, talentoso y molón. Schröder, con más de 20 puntos y 7 asistencias por partido (séptimo y quinto respectivamente en el Eurobasket) es el líder, pero está acompañado de un Franz Wagner (Orlando Maggic) que tiene potencial de estrella de la NBA (y promedia más de 16 tantos en el torneo) y de un Daniel Theis que es un gran finalizador en la zona. Y de Maodo Lo, Andreas Obst, Johannes Thiemann, Nick Weiler-Babb, Niels Giffey, Johannes Voigtmann... En definitiva, un bloque muy sólido, una plantilla en la que cualquiera puede anotar y un equipo que juega, recordemos, en casa. Ante su gente, su público. Algo a tener muy en cuenta. Y Schröder lo sabe. Al fin y al cabo, está buscando dos cosas que salen muy caras hoy en día: la redención y la reivindicación. Casi nada.