Esta España marcha

España ganó y divirtió. No se conoce mejor combinación posible en el deporte de élite, industria del espectáculo. Tenerife disfrutó de una Selección que obligó a sacar bandera blanca a Georgia, lejísimos de los niveles de energía de los chicos de Chus Mateo, que después de las penurias para sacar el partido contra Dinamarca, se liberaron, se explayaron en la cancha; y con su victoria (90-61), en la que sobresalieron Yusta (17 puntos) y Almansa (12 puntos y nueve rebotes), pudo quitarse el mal sabor de boca de la lesión de Great Osobor.

Esta vez no hubo cubo de agua helada como el estreno en Farum, pero la victoria era importantísima en el camino a Qatar 2027. España ya suma dos triunfos, y llega con un interesante colchón al doble enfrentamiento de la Ventana de finales de febrero contra Ucrania (en Riga y Oviedo), que asoma como la gran rival del grupo.

La Selección se había preparado para un partido duro. Tocada por las ausencias de Jaime Fernández y Dani Díez, lo peor estaba por llegar. Great Osobor, que había sido la gran ilusión en Dinamarca, se desplomó sobre la madera del Santiago Martín cuando intentó ponerse en pie después de que su rodilla izquierda le fallase en una acción defensiva. El pívot de Tudela dejó el pabellón helado. El partido no podía pintar peor. 8-18 a 2:09 del final del primer cuarto y el jugador que coloreó el debut de Chus Mateo, lesionado.

A España, sin embargo, se le activaron todos los pilotos de emergencia a la vez. Almansa y Lluís Costa consiguieron apretar el marcador hasta el 19-22 del final del primer cuarto. Y en los siguientes diez minutos, la Selección fue un ciclón (28-11 de parcial). Mientras a Georgia le falaba el aire, a la Selección le sobraban pulmones. Era un día para dar un paso adelante y muchos lo hicieron. Busquets y Salvó acertaron con los tiros, Paulí aportó su energía habitual y puso en pie a la grada con un mate. Además, Yusta asumió con personalidad el rol de referencia ofensiva que se esperaba.

Fue un atropello masivo contra Georgia, que estaba con la guardia baja y, cuando quiso advertirlo, no estaba al nivel de watios que España le había metido al partido. Shermadini y Shengelia pasaron de dominadores a dominados en cuestión de minutos y el partido se marchó al descanso con un prometedor 47-33 para la Selección, que se pasó muy bien el balón (12 asistencias), lo que le permitió generarse buenos tiros y alcanzar casi un 50% de porcentaje en el tiro. Realmente admirable.

Había que ponerle la guinda a la semana con una buena segunda parte. Y el capitán se puso al frente de la manifestación. Dos triples de Alberto Díaz mandaron el partido a un 53-37 mientras Dzikic, que en el Eurobasket había desmontado a la Selección, no daba crédito al hundimiento de su equipo, que fue incapaz de igualar los niveles de intensidad de la Selección. Almansa le dio un empujoncito más de energía al equipo y Oriol Paulí se inventó dos caños en una misma jugada. Al final del tercer cuarto, el partido ya estaba liquidado (70-46). España decidió no dejar de pisar el acelerador. La mejor señal de que se estaba divirtiendo. Dos de dos, rumbo a Qatar. La España de Chus Mateo marcha.

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