El verano del cambio
La Selección, sin los Gasol y sin Ricky, referencia y MVP del campeón del mundo, intenta encarrilar su pase al Mundial, firmar un buen Eurobasket y encontrar nuevos referentes.
La Selección arranca este lunes en Zaragoza uno de los veranos más apasionantes de las últimas décadas. Primero, por el ingente número de partidos que le esperan. A los tres que cerrarán la primera fase de clasificación para el Mundial 2023 (Macedonia en Zaragoza; Georgia en Tiflis; y Ucrania en Riga por la invasión de Rusia), se añadirán cuatro amistosos (dos ante Grecia y dos ante Lituania), dos partidos más de Ventanas (contra rivales aún por confirmar) y al menos cinco partidos de la primera fase del Eurobasket (Bulgaria, Georgia, Bélgica, Montenegro y Turquía), antes de saltar a la segunda fase en Berlín. Pero más allá de esos partidos, la gran cuestión del verano es cómo afrontará Sergio Scariolo, el seleccionador campeón del mundo, el relevo definitivo de una generación.
La retirada de los Gasol, Pau y Marc, después de los Juegos de Tokio, ya abría un vacío gigante con vistas al medio y largo plazo. En el corto, no obstante, la grave lesión de Ricky Rubio ha sido un impacto más duro incluso. MVP del Mundial de 2019, el de la gesta de España en China, y jugador relevante en los Juegos (llegó a estar en el quinteto ideal pese a que España no pasó de cuartos) a quien le faltó un equipo más a su altura, Ricky estaba en un momento de madurez y nivel de baloncesto que permitía que, casi con él solo, echándose al equipo a cuestas, la Selección pudiese aspirar a todo. Pero Ricky tampoco estará, a Sergio Rodríguez no ha habido manera de convencerlo (también anunció su retirada del equipo nacional) y, Nikola Mirotic, el único jugador sobre el que podría girar un proyecto, se ha alejado del circuito de la FEB.
Habrá, pues, una Selección nueva que, no obstante, no se verá desde estos tres partidos. Para las Ventanas que llegan esta semana, Scariolo confía en los ‘soldados’ que han hecho una base admirable que ya llevó a España al Mundial de 2019 (Jaime Fernández, Colom, Saiz, López-Arostegui...). El objetivo, ganar al menos dos que le permitan entrar desahogado en la segunda fase, que compartirá con Italia, Países Bajos e Islandia.
Las novedades se esperan para la concentración previa al Eurobasket. La primera, Lorenzo Brown si termina de cerrarse el proceso de nacionalización del que As informó el pasado 22 de mayo. La necesidad de bases competitivos por las ausencias de Ricky y Sergio han empujado a la FEB a este proceso de nacionalización exprés que permitirá que Sergio Llull cargue con menos minutos en ese puesto. Llull y Rudy, que terminan una temporada estresante con el Real Madrd en la que han atravesado problemas físicos pero han terminado sanos y campeones, serán los grandes capitanes y las banderas que enarbolan el compromiso de la Selección. Si no renuncian, serán los grandes líderes. También es el año del paso definitivo de los Hernangómez. Los galones de los Gasol impidieron que Willy jugase más, seguramente como hubiera merecido, en Tokio. A Juancho lo sacó una lesión en el hombro que sufrió en el Carpena contra Francia. Pero también está listo para jugar. Como Usman Garuba, después de un primer año algo titubeante de aventura estadounidense.
España tiene cierto arsenal aún para presentar una Selección competitiva. A los Llull, Rudy, Brown (lo que desactivaría las opciones Mirotic e Ibaka), Juancho o Willy pueden sumarse veteranos como Claver, clásicos como Abrines, Abalde u Oriola o nuevos como Sergi Martínez que vengan a redondear un equipo que estará lejos de ser favorito en el Eurobasket pero en el que Scariolo no tendrá las cortapisas que sufrió en Tokio con Gasol para organizar su propio plan. Un equipo más coral que hereda una tradición familiar y ganadora y que no por la ausencia de leyendas va a dejar de competir.