El paso por el infierno de Herbert
El entrenador canadiense, campeón del mundo con Alemania el año pasado, cuenta en un libro su trance con la depresión y las adicciones.
Gordon Herbert (65 años) ha sido uno de los grandes personajes del baloncesto FIBA en los últimos años. El entrenador canadiense llevó a Alemania al título mundial el pasado verano, un éxito histórico que revalorizó su caché de forma obviamente exponencial: Durante la temporada, se le relacionó con equipos como el ASVEL, que buscaba un volantazo en otra mala temporada en la Euroliga.
Ahora Herbert ha contado que, incluso en esos momentos de éxito y en las mejores partes de una carrera profesional brillante, ha tenido que pelear con los demonios de la depresión y el alcoholismo, algo por lo que tuvo que pasar sin hacer partícipes a los jugadores con los que trabajaba cada día. Una experiencia muy dura que lo llevó a estar ingresado en un hospital psiquiátrico durante dos semanas. Ahora, ha compartido esas vivencias en el libro ‘The Boys Gave Me Back My Life’: “Llegué a un punto por el que jamás querría pasar otra vez. Duró unos seis años y no sé ni cómo me metí ahí. Lo peor fue un training camp en la República Checa. No pude gestionarlo, no entendía nada y no podía hacer nada. No podía ni comunicarme. De ahí me fui ingresado, dos semanas, a un hospital psiquiátrico”.
El entrenador de Alemania reconoce que su situación afectó a su equipo, especialmente en los últimos años. Del Eurobasket 2022 en el que eran anfitriones y se colgaron el bronce (España, oro, les derrotó en una semifinal épica) a la gloria del Mundial, un año después: “Jugadores como Mo Wagner ya me han dicho cosas muy positivas cuando dejaba ver mis emociones. Ahora ya pueden saber la historia y pueden entenderla de una forma diferente”. Porque uno de sus grandes objetivos es normalizar el proceso, muchas veces tan difícil, que lleva a poder decir ‘necesito ayuda’: “Es una frase muy sencilla, pero a la vez muy difícil de decir. Y todo por un falso orgullo y por vergüenza”.
El prólogo del libro lo ha escrito el mismísimo Dirk Nowiztki, la gran leyenda alemana que felicita a Herbert por ser capaz de compartir su historia: “Creo que es muy valiente, y muy importante, que afronte así las cosas y hable tan abiertamente de ello. Significa que todos podemos aprender de lo que ha vivido, sacar provecho de lo que dice. Es muy bueno que en el deporte haya gente como él. Su sinceridad tiene que servir para que no olvidemos por qué el deporte es tan valioso para nuestras sociedades, por qué tantos chicos jóvenes quieren ser deportistas”.
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