El Movistar Estudiantes se autodestruye
Los colegiales caen ante el Obradoiro con un tiro libre de Barcello tras una pérdida de Nwogbo y una falta de Salin . Los gallegos se reenganchan a la Liga.


El Movistar Estudiantes se autodestruyó este domingo ante el Monbus Obradoiro (78-79). Fue una derrota horrible, de las que duelen. En el último segundo y tras un error muy grosero. Veamos, con empate a 78, Barcello falló un lanzamiento a falta de 15 segundos y en la confusión del rebote, el balón llegó a Nwogbo, que por las ganas del momento, de la oportunidad de llevarse la victoria, realizó un horrible pase. La pelota la robó Barcello, que recibió una falta de Salin en el intento de recuperar el balón. El estadounidense anotó el primero, falló el segundo, sin dejar tiempo a Granger, que tiró desde su campo.
Una derrota que es un jarro de agua fría para los colegiales. Su primer tropiezo de la temporada. La victoria vuelve a dar vida al Obradoiro, que llegaba a Madrid con dos derrotas. Una más le habría condenado demasiado. Los gallegos no solo se llevaron el partido por este fallo garrafal de los locales, sino también por fe, por seguir en el duelo con los madrileños, que se fueron 6 arriba a falta de 5 minutos (72-66).
Malas decisiones en ataque de un Granger desconocido estas últimas semanas y el buen hacer de Barcello (15 puntos) y Barrueta (14) fueron fundamentales en un enfrentamiento que los estudiantiles supieron dar la vuelta en la segunda parte con Nwogbo marcando terreno en la zona. En la primera estuvo inédito por sus tres faltas. Sacó faltas y estuvo perfecto desde la personal (14 puntos, 10 de 10). El acierto de Salin (15 tantos, 5 de 9 en triples) y de Garino (12, 4 de 5) fue sublime.
El Obra se plantó muy bien en Madrid. Con acierto de inicio, el de Westermann; fustigando sobre los puntos débiles interiores de su rival, con el bloqueo, con Dos Anjos. Colapsando su zona para evitar las penetraciones estudiantiles, forzando a su rival a lanzar desde fuera. Y se vio +9 a los seis minutos (9-18). Era el turno de jugar con el viento a favor, con la ansiedad local, que no se podía permitir errar.
Quintela ayudaba. Entraba bien a canasta y acertaba desde el perímetro (12 puntos al descanso). También Barrueta (dos triples). Vaulet mantenía a los locales en el duelo. Los gallegos perdieron empuje tras cerrar el primer cuarto 18-24. El Movistar tapó agujeros atrás con una mayor actividad defensiva. La entrada de Kravic reducía el poder visitante por dentro y Westermann se encontraba con Giovannetti y Garino. Brimah tapaba bien, pero se mostraba algo deficiente en ataque.
Las diferencias se acortaban hasta el empate a 39 con un triple de un discreto Granger a falta de 90 segundos para llegar al descanso por el sublime acierto exterior madrileño: 10 de 20. De sus 39 tantos en los primeros dos cuartos, 30 llegaron desde fuera. Galán cometía tres faltas en el Monbus. Nwogbo, otras tres para los ramireños. Dolores para ambos banquillos.
Vaulet ponía al Estu por delante (41-40) por primera vez en el partido nada más comenzar la segunda parte. El Obradoiro respondía. Siempre respondía. Tiene calidad y sabe jugar al baloncesto. Dio un pequeño estirón con un parcial 0-6 hasta el 44-50. Apareció la mano de Garino y la fuerza de Nwogbo. El pívot no anotaba en juego, pero Kravic solo le podía pararle con faltas y él acertaba desde la personal. Los colegiales pusieron un +6 (58-52). Los gallegos se mantuvieron con Quintela (60-57).
El estirón colegial llegó bajo la dirección de Filipovic y con Nwogbo dominador en el último cuarto (72-66). La victoria parecía decantada, por marcador y por sensaciones, pero... Barcello, Barrueta y Lundqvist mantuvieron en partido a los gallegos con un parcial de 2-10 en apenas 2:10 que les permitió el zarpazo final.
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