El Movistar Estudiantes saca una victoria necesaria

Después del varapalo de Palencia, tocaba ganar. Bien, mal o regular, pero había necesidad y el Movistar Estudiantes lo hizo en Mallorca ante el colista Palmer (64-68). Los colegiales nunca temieron por la victoria, a pesar del resultado, un simple +4 precedido por un exceso de relajación tras verse +16 puntos arriba a falta de 4:40 (52-68). Un último parcial de 12-0 por pasividad y que maquilla el marcador final.

Simplemente eso. Nada más. Eso sí, ensucia un triunfo muy coral por parte de los estudiantiles. Solo Silverio superó la decena de puntos con 11 y un 3 de 4 desde el perímetro. Diez de los once jugadores anotaron algún tanto. Solo Hugo López se quedó sin desempolvar su casillero. Hubo mucho movimiento de balón, con 20 asistencias, y poco acierto exterior: 7 de 25 con un feo día de Salin (1 de 5), Granger (0 de 4 y menos de 20 minutos por las faltas) y Filipovic (0 de 3).

Hubo control del rebote y buena energía defensiva. Y variantes con McGrew de cinco por los problemas de faltas de Nwogbo (otro día más sin chicha ni limoná) y de Asier González, que volvió a tener minutos tras pasar desapercibido durante las últimas semanas. El pívot español no desentonó al igual que Hugo López en el poco tiempo que cató en pista.

Fue, en definitiva, una victoria liberadora a la espera de si hay movimientos en el mercado para el puesto de center tras la salida de Amida Brimah a Granada. Bien trabajada. Sin excesivo brillo, pero profesional frente a un rival que hizo lo que pudo con las armas que tuvo a su disposición y en pleno rearme: 14 movimientos desde el inicio de la temporada (ocho altas y seis bajas).

El Palmer llegaba sin Sanadze, su máximo artillero. Tampoco estaban Dike y Agbelese. Sí contó con nuevos como Robertson e Izaw Bolavie. Y, sobre todo, un seguro como Atencia: 20 puntos, 12 de ellos tras el descanso (8 en el tercer cuarto). Nuno de Sá luchó hasta la extenuación durante 25 minutos para 17 tantos.

A pesar del esfuerzo, la batalla estaba abocada al fracaso. El Estu, al margen de sus cositas desquiciantes, es un ciclón delante del colista de la competición (1-8 ahora). Con buen movimiento de balón y muchas manos en defensa, los ramireños cogieron rápido el liderato del partido. 12-17 en el primer cuarto a pesar de su bajo 1 de 6 desde el triple. El Mallorca iba peor, 0 de 5, pero su gran drama eran sus seis pérdidas. 16 al final que permitieron a los estudiantiles correr y sentirse cómodos a campo abierto.

McGrew completó un parcial de 0-8 para el 12-25 nada más arrancar un segundo cuarto espesito. Lento. Sin mucha gracia. Los madrileños circulaban bien (11 asistencias; 20 para terminar), lo que tapaba su mal día en el perímetro. Hugo entraba en la tercera rotación de cincos con energía y McGrew se probaba como pívot escoltado por Vaulet y Garino. Al descanso, 27-38.

El Estu volvió distraído de los vestuarios y el Palmer estuvo cerca de dar un susto: 39-45 y dos triples liberados que falló. Ahí estuvo su sentencia de muerte. Parcial de 5-12 para el 42-56 tras un triple de McGrew. Salin, Filipovic y Garino pusieron el +16 (52-68) y los colegiales sumaron la séptima victoria de la temporada en 10 jornadas. Próximo rival, el Tizona el domingo (11:30).

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