El Movistar Estudiantes recupera el martillo

Se vieron buenos brotes en Valladolid y se confirmaron contra el Guuk Gipuzkoa. El Movistar Estudiantes cosechó su 21ª victoria de la temporada frente al conjunto vasco (90-81) en un partido que llegó a ganar por 22 puntos (82-60) a falta de 5:15 para acabar y que se cerró, como suele ocurrir en la casa colegial, con susto: un parcial de 8-21 a la carrera hizo gesticular de más a la grada estudiantil, que disfrutó, eso sí, de dos cuartos y medio de muy buen baloncesto de los suyos, que han recuperado olfato exterior (10 de 19).

El GBC salió entonado, con una buena lectura del partido, y aprovechó el pick and roll central con Aurrecoechea y la salida rápida de Larsen por dos faltas para colocar un marcador nervioso para los locales, 19-25. Una renta ensuciada por el 0 de 6 desde el tiro libre que, con algo más de muñeca, habría desatado el pánico en el Palacio. Sin embargo, todo eso cambio el siguiente tiempo, donde el Estu sacó ese martillo con el que dominó la LEB hasta la maldición de febrero. A rey muerto…

Fue el momento Wintering, la confirmación sin dudas de que Francis Alonso está de vuelta y la puesta de largo de Cáffaro ante su nueva afición. El base fue el motor del primer buen parcial de 9-0 con 7 tantos. Desde el banquillo, revolucionó con esa penetración a paso cambiado imparable para terminar el partido con 19 tantos y 20 de valoración. 7 de los 20 tantos de Alonso (más dos triples de Wintering, 3 de 4 al final) espolearon el siguiente hachazo a los vasco: 15-0 para el 50-33 en el minuto18.

Sin tanta importancia en ataque, Cáffaro (12 tantos y 3 rebotes) tiro de recursos y tamaño para dar descanso a Larsen (solo 13 minutos) y completar la defensa de alto voltaje y cambios que Pedro Rivero colocó con Suárez de cabeza pensante (otra vez, fundamental) y Sola de sombra de Barcello. El excelente anotador estadounidense estuvo muy bien tapado por el madrileño con solo 11 puntos en los tres primeros cuartos y sin acierto exterior (no podía ni lanzar, vamos). La mezcla de todo eso fue un zarpazo de 31-14 para el 52-39 al descanso.

Una ventaja que ascendió desde el tiro libre Sola hasta el +20 en el minuto 28 (69-49). Enfrentamiento controlado. Objetivo completado por un Estudiantes que se mantuvo firme y serio hasta la reacción desmedida del Gipuzkoa, que con una zona presionante, alguna pérdida tonta local y varios fallos desde la personal, puso el tembleque a los espectadores con los mejores minutos de Barcello. El 85-75 a falta de 1:38 fue todo lo que pudieron empujar unos vascos que se ven superados por el Estu en la clasificación por el average particular.

Un triunfo que coloca a los colegiales dentro de los puestos que dan factor cancha. Una victoria, la segunda seguida, que quita un peso de encima a los madrileños, que se veían incapaces de ganar a sus pares tras perder frente a Lleida, los dos Burgos, Alicante y Coruña. Un partido sacado adelante que levanta el ánimo para afrontar unas últimas jornadas más amables. Buenas vibraciones después de la crisis de febrero-marzo, el asunto Carrera, las altas y las bajas… Aire, en definitiva.

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