El Lenovo Tenerife, pico y pala para agrandar su leyenda

Tras la infamia vivida hace dos días, por fin llega algo de baloncesto potable que echarse a los ojos en la presente Copa Intercontinental. Si el Sao Paulo se divirtió de lo lindo a costa de los Río Grande Valley Vipers (70-91), lo visto un rato después fue una vergüenza convertido en partido de baloncesto. El Monastir casi ni compareció, haciéndonos a todos partícipes de una auténtica falta de respeto durante hora y media. Ni baloncesto ni voluntad. El Lenovo Tenerife, un excelente equipo, no tuvo ningún problema en reventar un marcador, 112-42, que por sí solo debería obligar a la FIBA a darle vueltas a la competición.

Aunque con demasiada facilidad, paulistas y laguneros hicieron buenos los pronósticos que prácticamente daban por hecha su presencia en la final de esta noche (20:00, TDP). Se podrían haber ahorrado el trámite del viernes, pero ahora toca ponerse serio tras el calentamiento vivido hace 48 horas.

Sea como fuere, el Lenovo Tenerife parte como gran favorito para alzar por tercera vez un trofeo que ya ganó en 2017 y 2020, muestra paulatina del concienzudo crecimiento del club especialmente desde que ascendiera a la ACB en el año 2012. Ahora mismo, instalado ya en la élite nacional y europea a través de la Champions, busca otro espaldarazo con Vidorreta al mando, cuyo equipo no deja de funcionar con la precisión de un reloj suizo. Le salió bien la jugada de reservar a Shermadini y Huertas, sus dos estrellas, el pasado domingo contra el Real Madrid, por lo que ahora tiene una rotación de 12 jugadores que funcionan a pleno rendimiento.

Tanto es así que, aunque mediatizado el anterior partido por el triste nivel del Monastir, todos sus pupilos anotaron en la semifinal, cinco de ellos incluso con 10 o más puntos (Fitipaldo, Salin, Shermadini, Abromaitis y Guerra). Cuando el equipo aurinegro está entonado, suena música celestial al ritmo de un balón que vuela de mano en mano, circulando este más rápido que inmediatamente para regocijo de un grupo de jugadores donde cualquiera te puede enchufar un triple (de los 12, solo tres no anotaron desde más allá del 6,75: Sastre, que falló dos, y Shermadini y Diagne, que no lo intentaron).

No solo de canastas vive el Lenovo Tenerife, cuya inteligencia defensiva y sistemas de ayudas aniquilaron cualquier opción del pobre Monastir. Todo ello, unido a un infinito hambre de gloria, tiene a la formación chicharrera a las puertas de seguir agradando una leyenda trabajada a pico y pala.