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PREOLÍMPICO 2024

El despertar de Garuba

El internacional español completó ante el Líbano su mejor partido con España en un torneo veraniego con 15 puntos y 8 rebotes para 26 de valoración.

Usman Garuba, ala-pívot de la Selección, realiza un mate el libanés Ali Mezher.
Biel AliñoEFE

Los últimos tres años no ha sido fáciles para Usman Garuba. En el verano de 2021, el ala-pívot (22 años y 2,03 m) decidió dar el salto a la NBA desde el Madrid tras ser elegido en el puesto 23 del draft por Houston Rockets. Aterrizaba en una franquicia joven, en plena reconstrucción tras la espantada de James Harden. Lucir o no en Texas era una cuestión de suerte, de mano desde el banquillo y de voluntad sobre la pista.

Nada cuajó. Entre Liga de Desarrollo (G League) y Liga norteamericana, Garuba disputó dos temporadas, 99 partidos, con 2,6 puntos y 3,9 rebotes de media. De Texas pasó de refilón por Atlanta Hawks y Oklahoma City Thunder, en la vorágine que se convierte el mercado de fichajes NBA, para recalar finalmente en Golden State Warriors esta campaña. En la Bahía firmó un contrato dual (two-way) que le permitía estar vinculado una serie de días con una franquicia NBA y jugar además en la G League por 500.000 dólares de salario bruto. Con Curry y compañía solo disputó seis duelos. En la G League, con Santa Cruz Warriors, el conjunto afiliado a los Warriors, sus medias alcanzaron los 12,8 puntos y 10,5 rebotes.

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Los veranos, la Selección, parecían el refugio perfecto para Garuba, que con el Preolímpico de Valencia ya enlaza cuatro torneos veraniegos: Juegos de Tokio 2020, Eurobasket 2022, Mundial 2023 y este campeonato clasificatorio para París 2024. Pero hasta este último no se ha podido ver la mejor versión del de Azuqueca de Henares. Fue este martes, en el estreno de la cita de La Fonteta frente al Líbano (59-194 para España).

El internacional español (34 duelos ya con la Absoluta) mostró un cara completamente diferente a pasados encuentros con la Selección. No salió disparado como si su vida dependiese de sus primeros segundos en pista. Estuvo pausado, listo. Bien en defensa, con intimidación y explotando lo que le hizo clave en el Madrid de Laso, esa capacidad para emparejarse con cualquier rival, independientemente de tamaño o peso. En ataque, además, sacó a relucir mano desde el triple y pasos de bailarín en alguna que otra acción que acabó en canasta.

En el aspecto ofensivo, mucho tiene que ver su trabajo durante esta concentración con Fran Vázquez, uno de los pívots más talentosos en la historia del baloncesto español. “Fran era un grandísimo jugador, le he seguido cuando estaba en Unicaja... me dio un par de consejos para jugar en el poste bajo, me viene bien, estoy muy contento de entrenar con él, es un grandísimo entrenador”, dijo Garuba en la rueda posterior del partido.

Ese desempeño le permitió alcanzar los 15 puntos, 8 rebotes y 3 tapones para 26 de valoración en 19 minutos sobre la cancha. Despejó todas las dudas que dejaron los dos amistosos de Madrid (Italia) y Alicante (Dominicana). Nunca había volado tan alto. Su mejor actuación en Tokio 2020 fueron 3 tantos y 3 capturas para 4 de valoración frente a Estados Unidos en cuartos. En el Eurobasket de 2022, llegó hasta los 8 y 8 ante Lituano para 16. Los 12 puntos y 7 rebotes para 16 de valoración frente a Costa de Marfil fueron su tope en el Mundial de 2023. Un despertar que le da confianza. Y también a Scariolo para apoyarse en un jugador que debe decidir su futuro, con el Madrid en el horizonte, pero sin descartar aún la NBA.

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