El compromiso de Granger

El Movistar Estudiantes cerró la primera parte de su estreno esta temporada en Primera FEB ocho abajo ante el Monbus Obradoiro (31-39). Una derrota parcial más preocupante por el cómo se estaba dando que por la distancia (salvable) en el marcador. Los fallos en defensa contra otro de los candidatos al ascenso y la ansiedad en ataque en el estreno de muchos colegiales en el WiZink Center eran los ingredientes que despertaban los nervios en una afición que vive en un montaña rusa de emociones desde el primer año en LEB Oro.

La segunda parte mostró una cara nueva en ambos equipos. La caída gallega, menos incisiva ofensivamente (de 39 tantos a solo 30) y débil atrás (de 31 a ¡51!), vino empujada por la crecida madrileña. El motivo, mayor impacto físico, más cabeza arriba y, sobre todo, Jayson Granger. El amo del cortijo.

El base (35 años y 1,88 m) redebutó con el Estu 11 años después de su último encuentro en 2013 frente al Joventut. Y no decepcionó. En ningún momento. Tras un inicio en el que trató de agradar demasiado rápido, entró en estado zen después del descanso. Relajado, convirtió la pista en una prolongación más de su cuerpo. Control absoluto del ritmo, lento con explosiones en la penetración. Conexión perfecta con Mus Barro, el chico del bloqueo y la continuación.

Y una explosión ofensiva. De los 20 tantos que anotó, 15 llegaron en los últimos 20 minutos. Hizo un 4 de 7 desde el triple, 3 de 3, un 100% en los dos cuartos finales. Dos de esos aciertos desde el perímetro llegaron en los dos últimos minutos, en un lapso de 48 segundos que remataron al Obra.

“Cuando el partido se aprieta, contar con gente como Jay (Granger), como Mus (Barro), gente sólida, nos ayuda”, dijo Pedro Rivero en rueda de prensa. El entrenador ramireño reveló que el canterano jugó “infiltrado”, “al 60%” de la lesión que se produjo en el inicio del partido de la Copa España frente al Flexicar Fuenlabrada. La caída de Tanner McGrew sobre la pierna del sudamericano heló la sangre a toda la institución colegial. “Este es su compromiso”, continuó el técnico.

Una dolencia que hacía pensar que no estaba para jugar en este estreno de la temporada… pero, ¡vaya si lo estaba! “Este tío es muy bueno”, dijo Juan Rubio, alero del Estu, a los aficionados del Palacio mientras Granger botaba el balón en media pista en la recta final del partido.

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