COPA DE LA REINA | EDICIÓN 2023 | CUARTOS
El Casademont Zaragoza rompe al Araski
Las anfitrionas disputarán la primera semifinal de la Copa de su historia. Su rival, el Valencia. Las vitorianas se derrumbaron ya en el primer cuarto.
Se escaparon las semifinales de la Eurocup, pero no las de la Copa de la Reina. El Casademont Zaragoza superó por primera vez en su historia los cuartos de final del torneo de KO tras doblegar al Kutxabank Araski (71-50). Un pase obtenido por la fuerza, sin piedad ante unas vitorianas que se vieron deshilachadas ya en el primer cuarto (17-6) y fuera del duelo a mediados del segundo: 31-10.
Las anfitrionas navegaron con firmeza desde el arranque. Por su efectividad (5 de 9 desde el triple al descanso) y su colectividad (9 asistencias). Por defensa, activa, de ayudas, muy molesta. Y por Fiebich y Gatling, que cerraron los primeros 20 minutos con 11 puntos (17 y 19 al final). Un guion perfecto escrito por la dirección de Mariona Ortíz y por un Príncipe Felipe a reventar para apoyar a las suyas, y que se le atragantó al Araski. Sin ideas claras adelante, con muchas lagunas atrás. Atkinson no estaba cómoda y las vascas se vieron desconectadas, fuera mentalmente: las rampas se pusieron demasiado duras desde el minuto uno.
RESUMEN
50 - Kutxabank Araski (6+12+15+17): Asurmendi (7), Alarcón (8), Van del Adel (14), Burani (3), Diarra (-) -cinco inicial- Holopainen (2), Castellano (-), Chagas (-), Ortiz de Zárate (-), Atkinson (8) y White (8).
Arbitros: Carlos García, Javier Avila, María Angeles García. Sin eliminadas.
Incidencias: partido de cuartos de final de la Copa de la Reina disputado en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza ante unos 7.500 espectadores. En el descanso del encuentro se retiró la camiseta de la exjugadora aragonesa Pilar Valero, que falleció el pasado mes de noviembre.
A pesar de todos los males, el Kutxabank se desmelenó a la vuelta de vestuarios. Parcial de 3-9 rematado con un triple de White que hacía asumible la diferencia (37-29). Había opciones y Carlos Cantero lo sabía. El entrenador aragonés pidió un tiempo muerto balsámico: 17-0 en un abrir y cerrar de ojos para que la herida llegase hasta el +25 (53-29). Puntos final con todo un cuarto por delante que no tuvo mucha historia.