Doncic se va por la puerta de atrás

Eslovenia confirmó que la atmósfera que rodeaba su selección no era el de la Disneylandia de 2017. Aquella revolución verde ha dado paso al fiasco de 2022. La campeona, eliminada por Polonia, que jugará la semifinal ante Francia (viernes, 17:15 horas) está fuera del Eurobasket antes de tiempo. Y con ella, su estrella, Luka Doncic, que acompaña a Jokic y Antetokounmpo en la lista de ilustres que verán las semifinales por televisión. Hace un par de días, había llegado la información de que el crack se había lastimado uno de sus tobillos al final de un entrenamiento en un ‘uno contra uno’ con Muric de esos que se estilan para apostar unos eurillos. Por sus números, sólo 14 puntos, es fácil sospechar que no estaba a tope. Pero eso también cuenta en un Eurobasket, donde el físico y la recuperación juegan un rol clave. Eslovenia había dado algún síntoma de agotamiento en el partido contra Bélgica y lo confirmó este miércoles. La selección no estaba redonda y el Doncic-sistema, con Dragic cinco años mayor que en 2017, cuando estaba en plenitud, no fue suficiente.

Honores a Polonia, que regresa a las semifinales del Eurobasket 51 años después, aunque para eso casi provoca varios infartos entre su afición. La selección de Milicic, con Ponitka como gran estrella (consiguió el tercer triple doble de la historia de un Eurobasket, privilegio que compartirá con Kukoc y Mandache) amasó hasta 23 puntos de diferencia (31-54) y se fue al descanso con un +19 (39-58). Pero le entró un ataque de pánico y Eslovenia se fumó la diferencia en un cuarto. Nada más empezar el último periodo, los campeones completaron la remontada y se colocaron por delante hasta un 73-68. Era el momento Doncic. Luka tenía que rematar el partido pero lo que hizo fue llevarse un taponazo de Slaughter. A Polonia, que ya no tenía nada que perder, le dio tiempo a regresar al partido y, ayudado por la quinta personal de la megaestrella, se fue hasta el 80-89 a un minuto para el final. Una sucesión de pérdidas increíbles estuvo a punto de meter in extremis en el partido a Eslovenia, pero Doncic no estaba en la pista para el truco final. “Doncic, Doncic, aufwiedersehen (adiós en alemán)”, gritaban los hinchas polacos que se resistían a marcharse del Mercedes-Benz Arena de Berlín, donde todavía se frotaban los ojos. Habían tumbado al gran Luka Doncic.