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LEB ORO

¡Dee ha vuelto!

El Movistar Estudiantes gana al Melilla, que hizo una gran primera parte sin premio. El escolta regresó tres meses después. Bien Cáffaro y Sergio Rodríguez.

Johnny Dee, escolta del Movistar Estudiantes, lanza un triple.
Johnny Dee, escolta del Movistar Estudiantes, lanza un triple.Nicholas P. Jones

El Palacio vivió una tarde especial. No por el resultado, victoria del Movistar Estudiantes frente al Melilla (85-72), sino por un regreso muy esperado. Por la vuelta de uno de los favoritos de la afición. Por el retorno de un jugador clave, cuya lesión en el codo izquierdo ante el Clavijo, fue una de las claves para la debacle de febrero-marzo que dejó a los colegiales sin opciones de ascenso directo. Por el reestreno esta temporada, 91 días después, de Johnny Dee, el pistolero, el hombre que nunca falla.

El escolta estadounidense jugó 14:21. 6:16 en la primera parte donde anotó su único triple de la tarde. Pero, ¡qué triple! Desde lejos, sin dar segundos para armar el lanzamiento. No volvió a encestar, pero eso fue lo de menos: está en la pista otra vez y los niños sonríen.

No fue la única buena noticia para el Estudiantes. Sergio Rodríguez encontró su mejor versión para anotar 18 puntos. Estuvo bien cerca del aro y genial en el perímetro (4 de 5). Cáffaro también lució. En intendencia. En el rebote (9). En la anotación (13). Ambos fueron importantes para un triunfo que le costó enganchar a los colegiales 35 minutos tras una enorme primera parte del Melilla, que se quedó sin premio: estuvo acertado, leyó bien las debilidades defensivas locales. Pero se quedó sin premio y con la soga del descenso aún en el cuello.

Los visitantes se jugaran su ser o no ser en la LEB Oro el próximo viernes… frente a un Leyma Coruña que debe ganar para asegurar el ascenso a la ACB. Deberá medirse con los gallegos con un ojo puesto en Castelló, donde el Amics, con sus mismas victorias (10) recibe al Cantabria, una más, 11.

Dos realidades chocaron de salida en el WiZink Center. Los locales debían jugar; los visitantes, tenían que ganar el partido. Y una vez quitado el frío de los primeros compases, en los que los primeros, sin nervio, sin tensión, con un quinteto inédito (Cáffaro y Sergio Rodríguez entraron) jugaron liberados y abrieron el marcador con Sergio Rodríguez explotando la zona (8-3); la exigencia se hizo presente. Lo que era una ventaja para los madrileños de inicio, se convirtió en una losa y los melillenses rascaron en su defensa. Sobre todo, desde el perímetro, con Guillem Arcos de ejecutor: 11 puntos, 3 de 4 de tres (7 de 12 global) y 18-25 al concluir un primero periodo que vio la vuelta de Dee 91 días después.

El Estu no se encontraba. Iba a espasmos, la defensa no llegaba a tapar la cabeza y los pies a la vez. Rivero probó con Larsen y Cáffaro. También con Larsen y Nzosa. Agua. El Melilla mantenía precisión. Mordía cuando los colegiales se acercaban. Van Dick, Marjanovic, Lepichev, Douvier, Varence acumulan aciertos desde el perímetro. El +9 (34-43) a falta de dos minutos para llegar al descanso era un justo resultado para lo ejecutado por ambos conjuntos en pista… Pero 120 segundos para los estudiantiles, una apisonadora en ataque cuando entra en trance, son un mundo y con un parcial 12-2, el Estu dio la vuelta al calcetín (46-45). No era lo justo, pero es lo que es.

Los visitantes no se volvieron a levantar tras un descanso que sirvió de homenaje a las campeonas júnior de España, que acompañadas de sus madres (es su día) recibieron los aplausos de los aficionados. El golpe dejó noqueado al Melilla, que volvió de vestuarios siendo una sombra de lo que había sido. Tanto remar para verse a la deriva es duro. Difícil de digerir. Es complicado mantener la misma intensidad, el mismo ritmo, la misma efectividad otros 20 minutos si has visto que tu rival sin hacer nada especial, te ha hecho caer de un golpe. A esa amalgama de sentimientos se unió que el Estu salió para apretar un poco más la soga a su rival: parcial de 10-2 con dos triples de Sergio Rodríguez y cuatro puntos de Larsen para el 56-47.

La renta madrileña no se detuvo ahí. Un multiplicado Cáffaro (rebote, puntos, bloqueos) colocó el +15 (69-54) en el minuto 31. Partido resuelto para los colegiales que cuentan los días para empezar la segunda fase de la temporada, un playoff donde, con mucha seguridad, espera el Betis. Pero antes, el próximo viernes, queda Oviedo. Un partido más para que Dee caliente muñeca.

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