Camino despejado para Francia
Después de los milagros contra Turquía e Italia, los subcampeones olímpicos son favoritísimos en su semifinal contra Polonia, que 51 años después regresa a una semifinal.
Para Francia, esto no puede ser otra cosa que “la vie en rose”. Después de verse eliminada consecutivamente en octavos de final (Turquía) y cuartos (Italia), no sólo se ha metido en semifinales sino que los cruces le han ido limpiando el camino hasta el punto de que Serbia y Eslovenia, que iban por su parte del cuadro y eran las favoritas indiscutibles al título, han caído insospechadamente. Su rival será Polonia, número 13 del ranking FIBA y selección que merece todos los respetos después de haber alcanzado también los cuartos de final del pasado Mundial 2019, pero que contra Eslovenia, pese a ganar y tumbar a Doncic, dio ciertos síntomas de inseguridad después de ir dominando el partido por 23 puntos. Los de Milicic tuvieron que ganar el partido dos veces. Lo hicieron con mérito, a lomos de Ponitka, pero también con el asterisco del mal estado físico de Doncic y su tierna eliminación, engañado por Ponitka.
Francia todavía está pellizcándose por haber ganado a Turquía y a Italia, aunque contra los de Pozzecco la manera de regresar al partido fue distinta. Con la lección aprendida, Francia lo tiene todo para ganar la semifinal, aunque es una evidencia que su torneo no está siendo redondo. No tiene ningún anotador entre los diez mejores del torneo, aunque claramente su referencia en el torneo está siendo Gobert, decisivo en la prórroga contra Turquía. Con el resto de los jugadores es difícil saber si vienen o van. Heurtel está en el Top5 de máximos asistentes y tuvo un papel definitivo en los últimos minutos contra Italia, pero contra Turquía casi elimina el partido. Fournier no ha sido el jugador que maravilló en los Juegos y Yabusele también va a rachas. Pero el fondo de armario de Collet es demasiado profundo como para pensar que Polonia vaya a poder inquietarle. Poirier y Fall le dan oxígeno a Gobert; luwawu Cabarrot es una amenaza en el puesto de alero; y Yabusele, un elemento distorsionador que si está inspirado rompe el partido. Francia, seguramente, eche de menos el poso de Nando de Colo pero su arsenal, de lejos, es superior al de los polacos.
Ponitka, que rescindió su contrato con el Zenit para fichar por el Reggio Emilia, encontró contra Eslovenia la ayuda de Slaughter y Sokolowski. Pero a Polonia le falta poso. Sólo hace falta observar a su joven pívot Balcerowski, capaz de entrar y salir de los partidos como el pasado miércoles contra Francia. Sin ser un equipo redondo ni presumirse buena química, Les Bleus, con sus siete vidas, siempre están ahí. Tienen el camino despejado.