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Atomic Dog en la Liga de Petrovic

Si todo hubiera salido como estaba previsto, Drazen Petrovic hubiera jugado en el Barcelona y Audie Norris en el Real Madrid. Pero el destino tiene estas cosas. El genio de Sibenik que ponía de los nervios a todo el Real Madrid acabó vestido de blanco a pesar de que Salvador Alemany, el responsable de la sección de baloncesto del club blaugrana le llamaba cada semana. En el Real Madrid, Lolo Sainz hacía lo propio con Norris, que entonces jugaba en la Benetton de Treviso después de su paso por la NBA en Portland donde formó al lado de Clyde Drexler una sociedad que se dedicaba a masacrar el aro rival. Fue en esa época cuando Drexler y Mychael Thompson apodaron al pívot nacido en Jackson (Mississippi) Atomic Dog porque cada vez que hundía la pelota en el aro rival era como si hubiera caído una bomba atómica.

La carrera de Norris en la NBA se frustró por culpa de sus rodillas, que no aguantaron la intensidad del campeonato profesional. Cuando Ramón Mendoza le ganó la mano al Barcelona llevándose a Petrovic, el equipo blaugrana fue con todo a por Audie, que estuvo a 10.000 dólares de ser del Real Madrid y jugar con Petrovic. El Barça no se lo pensó y se la jugó por un pívot determinante que conquistó al Palau Blaugrana y que acabó ganando la que desde el principio se había bautizado como ‘la Liga de Petrovic’.

Sus rodillas, sin embargo, acabaron pasando factura en la Copa de Europa. A Audie le faltó coronarse en Europa y le sobraron Radja y Kukoc. Petrovic, mientras, decidió dejar de torturar a rivales en Europa y se fue a la NBA a seguir siendo un martillo mientras sacaba la lengua a todos.

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