Sexto intento del Madrid

A Coruña, Múnich, Bilbao, Vitoria y Atenas, del 29 de septiembre al 29 de octubre; cinco salidas, cinco derrotas. El Madrid todavía no conoce lo que es ganar fuera de casa y hoy, con el Maccabi como local, aunque en Belgrado y sin (casi) público por la situación de guerra en la que está inmersa Israel, peleará por su primer triunfo a domicilio (20:05, Movistar+ Deportes).

El sexto intento del curso tras caer el martes en La Paz y la Amistad frente al Olympiacos después de 26 minutos buenos (46-55) y unos 14 últimos muy malos (33-14), donde tuvo problemas defensivos, en las ayudas, y, sobre todo, en el rebote (cedió 11 en su aro en la segunda parte). Y donde, con una rotación corta y jugadores como Tavares, Hezonja y Deck exigidos en el minutaje, faltó energía y acierto. Rathan-Mayes no disputó ni un segundo y al perímetro, en un mal día de Musa, se le vio justo.

Si comparamos la plantilla con la del campeón, el Panathinaikos, quizá falte otra pieza de talento anotador. Ataman, por ejemplo, cuenta con Sloukas, Nunn, Lorenzo Brown, Jerian Grant y Grigonis para los puestos de uno y dos. Y por dentro, la dependencia de Tavares es alta. Esta vez, Ibaka se quedó fuera de la rotación en la segunda parte mientras que Garuba continúa en el dique seco. En el base-escolta y en el cuatro son los puestos donde más ayudaría un posible refuerzo. La marcha de Yabusele, el ala-pívot titular, a la NBA no ha sido cubierta de momento.

“Llegamos sin casi tiempo para descansar, pero lo mejor que nos puede pasar es afrontar rápido otro partido ante un rival de entidad”, explica Chus Mateo, que añade: “La Euroliga tiene un nivel muy alto y ganar fuera de casa te da un plus de confianza. Estamos buscando esa victoria sin obsesionarnos, con tranquilidad e intentando hacer bien las cosas”. Deck habla de pelear por “un triunfo importante” y de “corregir los errores”.

“Este año debo ser un líder, ayudar a los nuevos”

Y Mario Hezonja, por su parte, respondió a los periodistas griegos en El Pireo: “La prioridad ahora es seguir creciendo como equipo. En los últimos cuartos debemos ser más inteligentes, creo que es cuestión de tiempo porque ahora nos sentimos un poco verdes en estas situaciones. Tenemos un equipo nuevo y, lógicamente, es complicado. Aún es pronto y es difícil alcanzar el éxito inicial de la temporada pasada, cuando podía jugar con el Chacho o Poirier con los ojos cerrados. Este año debo ser un líder y ayudar a los nuevos a acoplarse, que no sientan que no pertenecen al equipo o que odian el baloncesto, Madrid o al entrenador, cosas normales que pasan por la cabeza de un jugador. Depende de nosotros, de los veteranos, ayudarles a integrarse más rápido”. “Eso espero”, contestó cuando le preguntaron si se ve de blanco hasta el final su carrera. “Mostré mi lealtad al Madrid (cuando renovó en junio por cinco temporadas) porque apostó por mí cuando estaba en Rusia. Quiero ser un ejemplo, un tipo accesible que ayudé al resto a lograr el nivel tan alto que exige el Madrid”.

Les espera el Maccabi, al que Mateo ve así: “Un equipo que conocemos menos porque tiene americanos nuevos y es un poco imprevisibles en el uno contra uno, con calidad, buen rebote de ataque y velocidad para correr el campo”. El exazulgrana Jokubaitis lleva el timón y los puntos los ponen Jaylen Hoard (14,7 de media), Saben Lee (14,5), el cubano Jasiel Rivero (12,3) y Levi Randolph (11,5). Tamir Blatt es baja y Wenyen Gabriel, duda. El Madrid, pese al 3-3 de balance y viajar en el noveno puesto, es tercero en valoración con 100,3 créditos, solo por detrás del PAO (108,7) y del Barça (103,5).

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