Panathinaikos y Maccabi también se van al quinto

El Panathinaikos sobrevive. Después de la presión a los árbitros y a la propia Euroliga, después de caer por los pelos el pasado martes, después de todo, van a tener el quinto partido en su casa y ahí todo puede ser. Han girado el destino una vez más. Los griegos lograron una victoria crucial, de vida o muerte, en la Aleksandar Nikolic Hall con la que empataron la serie.

Con un 88-95 el PAO pone el 2-2 en esta eliminatoria y demora la resolución de la misma. Tendrán que verse las caras estos dos en uno de los pabellones más calientes, el OAKA. Ahí Nike -la diosa de la victoria, no la empresa- proveerá.

El Maccabi no pudo asegurar el tercer punto a su favor como local, aunque en el exilio que vive en la capital de Serbia tiene un muy recortado apoyo de sus aficionados, y deberá ir a territorio enemigo a jugarse el billete para la Final Four de Berlín. Trabajo arduo en una pista en la que, por otra parte, ya ganaron el primer enfrentamiento de estos cuartos de final. A vibrar.

Un cierre de bandera de Kostas Sloukas, que terminó la cita con 32 de valoración, hizo posible el resultado. Sólo dos días después de firmar su único partido a cero de la temporada, y a ver en qué ocasión tan significativa fue a hacerlo. A eso se le llama saber recuperarse. Es el santo y seña de esta nueva cara del PAO, que tiene en Ergin Ataman a su sargento en el banquillo y a él como subalterno en la pista. Haber costado tanto dinero y viniendo del enemigo (Olympiacos) le hace cargar en su espalda el peso de tener que ser decisivo sí o sí. Y aquí lo fue.

El Maccabi perdió en los últimos minutos una copiosa ventaja, siete a falta de siete, y dejó para otro día un trabajo que podía haber terminado antes de hora. Además cuentan con otra mala noticia: Wade Baldwin, uno de los más destacados de la Euroliga este curso, reagravó unas molestias físicas el día en que volvía y se fue en el segundo cuarto. Una baja capital.

DiBartolomeo (10) cerró el mejor parcial de los israelíes, el primero, con un par de triples. Se juntaron varios actores con cierta predisposición a dar carpetazo desde ese lado: Colson (14), Blatt (14)... Esta vez, sin embargo, se vio más resiliencia en la otra orilla. Y hasta el final. Nunn dio la réplica con un tiro de tres para cerrar el segundo acto y la ventaja era ínfima: 50-49. Abrieron con otros dos desde el perímetro, Papapetrou y Sloukas, y fue eso el preludio para ver un verdadero tirón por parte de los helenos. Les costó, pero antes del cierre y con un 0-6 se desmarcaron. En la zona de nuevo Lessort tuvo una complicada, porque a Nebo se le unió un aguerrido Rivero y entre los dos trataron de ganar una ventaja por esa vía. Brown (17), por fuera, era el que manejaba hilos. Momento para los de Kattash. 13-1. Vuelta a la tortilla. En un parpadeo se habían puesto a liderar los de Tel Aviv y en esos instantes sí se encendieron todas las alarmas en el rival. O remontada o a casa para no volver. Pero volvieron. De nuevo con dos triples rápidos, Papapetrou y Nunn, salvaron la situación. También se jugaba en defensa: Lorenzo anotó el 88º punto a falta de 3:04 y nada más se supo del ataque de los locales. Ante la sequedad había que abrir el chorro por otro flanco. Tarea para Sloukas, hombre de oro. Sacó una falta de perro viejo en un rebote defensivo y puso por encima a los suyos con dos tiros libres. Lessort, que tenía un 65% de acierto en la fase regular, anotó otros dos lanzamientos en la personal. Y, para sentenciar, la ley de Kostas volvió a prevalecer con una acción de parada y ejecución en la parte izquierda. Con todo ello, triunfo y a la espera de que llegue el quinto.

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