El Bilbao Basket entra en Europa con todas las de la ley

El Bilbao Basket lo tenía todo en la mano para cubrir el último trámite de un nuevo billete europeo. Solo una debacle podía apartarle de la FIBA Europe Cup por segundo año consecutivo. Habría sido un trastazo sonoro, con gran repercusión porque encima era el estreno de temporada oficial en casa. Estas previas las carga el diablo, y más si son a ida y vuelta con ésta en casa. La presión siempre está del lado del equipo ACB. El Neptunas Klaipeda, además, parecía un rival más sólido que muchos de los que pasaron el curso precedente por Miribilla en el propio torneo, aunque a la postre fue poca cosa. Salió vapuleado de Bilbao. Con los deberes hechos, la moral es alta para afrontar en dos días el estreno de la Liga, con el Breogán como primer invitado a Miribilla.

Ponsarnau sigue ensamblando sus piezas. Rahkman, por ejemplo, continúa muy ansioso. Dragic es un seguro de vida y los dos bases tienen muchos puntos en sus manos. Frey entró en combustión en el segundo cuarto, en el que un 17-0 desniveló el partido y la eliminatoria: 46-29. Y Pantzar descansó mucho, al cargarse pronto de faltas, y su salida con las piernas frescar fue dinamita. Con respecto a la cita de Lituania se mejoró una de las asignaturas pendientes, el porcentaje en los triples, esta vez fabuloso (48 por ciento), pero siguen concediéndose muchos rebotes ofensivos. Traerse una ventaja de ocho puede invitar a acomodarse, siempre se tira de tópico aludiendo a que los jugadores se incrustan en la cabeza que la idea es ganar, sin fijarse en rentas alcanzadas con anterioridad. Pero es inevitable dejarse seducir por ese colchón.

El Neptunas llevó el mismo guion que en su pista. Empezó incidiendo en su gigante Pavelka, que había anotado todo lo de su equipo en 6-5, pero se fue diluyendo poco a poco. El Bilbao Basket trataba de penetrar y doblar, aunque le costó coger el pulso al choque. Sylla sigue creciendo y amplía su abanico de virtudes, por ejemplo, anotó un triple. Los rebotes en el tablero contrario permitían a los lituanos seguir con esperanzas de remontar. Cuatro minutos sin anotar de los locales pusieron cierta congoja en Miribilla. Había poquísima fluidez en ataque y sólo la anarquía de Kullamae daba un respiro. Un 0-10 al final del primer cuarto llevó la contienda al 18-24 a la conclusión de ese período. El primero, y a la postre el único, que han cedido en esta eliminatoria.

Pero la situación se recondujo con un 7-0 en tres minutos de la siguiente manga. Pantzar cometió la tercera falta personal y dejó su sitio a Frey. El noruego salió tranquilo, reconfortado sabiendo que iba a estar largos minutos en pista. Y empezó a anotar como si cobrara por punto. El 29-29 fue la última imagen de la igualdad. Un 17-0, con técnica a Buie por medio, acabó con la resistencia báltica. En el Surne se comprendió que no podía hacer cada uno la guerra por su cuenta y comenzó el rodillo colectivo.

Dragic es un lujo para el Bilbao Basket. El superclase esloveno se encuentra en el otoño de su carrera, por no decir el invierno, pero la clase no se pierde ni con piernas viejas. El Bilbao Basket fue incrementando su ritmo anotador, por momentos furibundo. Pantzar puso el 69-47, a 1:32 para cerrar el tercer acto, una canasta de dos en tiro tras bote cuando el griego Vovoras ordenó a los suyos defender en zona. Los balones caían en el cesto báltico en catarata. Eso provocó la impotencia del Neptunas, que se veía fuera porque no podía ni optar a la repesca de los tres mejores perdedores de estos siete cruces previos. Girdziunas y Vovoras fueron castigados con técnicas consecutivas. Miribilla desató la fiesta cuando se estrenó el joven Taboada, que no tiene ni nombre en la camiseta. Le concedieron los tiros libres y cuando anotó uno, estalló la grada de felicidad. Luego se vino arriba y lanzó un triple. Los lituanos acabaron ensuciando algo el final, por pura impotencia. Rahkman también se llevó su técnica al engancharse con un rival. La máxima renta llegó anunciada por el bocinazo final: 95-59. Buen inicio de año en Miribilla. El Balkan búlgaro (primer rival en casa el 9 de octubre) y el Kutaisi georgiano son los rivales en la fase regular. Queda otro pasajero en su grupo.

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