El diferencial Dabone lanza al Barça y rompe la racha blanca

Desde la irrupción de Luka Doncic en Vitoria 2013, que estrenó el palmarés merengue y supuso un cambio de paso simbólico para el Real Madrid en la Minicopa ACB, los blancos habían ganado nueve de las diez ediciones disputadas. Solo un paréntesis, en 2020, con triunfo del Barça. Y ahora los azulgranas, con el imperial Mohamed Dabone al frente, recuperan el título (el séptimo en sus vitrinas) tras una final de enorme nivel, quizá una de las de más calidad vistas en este campeonato de categoría infantil desde su nacimiento en 2004 con Ricky Rubio como primer MVP. La cita, repetimos, infantil, es para chavales de 13 y 14 años (nacidos de 2010 en adelante) y Dabone, de 2,08 m ya, vino al mundo en Burkina Faso en 2011, un año después que la mayoría de sus rivales. Es decir, aún tiene solo 12 años y, claro, la Federación Española le sigue los pasos, pendiente de su futuro. El pívot africano hizo estos números: 22 puntos con 11/12 en tiros (falló, eso sí, sus cuatro tiros libres), 26 rebotes (7 ofensivos), 2 asistencias, 5 recuperaciones (y 7 pérdidas) y 6 tapones para 48 de valoración en 35:08 en pista. Apenas descansó: +9 con él en cancha.

El Barça ganó por 78-89, pero por primera vez tuvo rival en la Minicopa, uno que le plantó cara casi toda la final, aunque sin llegar a exigirle al límite porque desde el segundo cuarto la diferencia rondó siempre los 10 puntos. En su grupo, los azulgranas, dirigidos en el banquillo por Oriol Barrera, cerraron marcador en sus tres encuentros muy pronto (en esta categoría, cuando la diferencia supera los 50 tantos, el resultado se congela en ese instante). Y el sábado, en la semifinal, el Unicaja aguantó hasta que quedaban dos segundos, momento en el que el Barça elevó el +51, 97-46 (el Madrid había vencido al Valencia por 110-64).

Moussa Manel, un rival de 2,09 para Dabone

Así que, sí, hubo final, de una calidad magnífica, en la que se apreció la evolución física de los jugadores, la mejora de los entrenamientos y el crecimiento continuo en todos los aspectos en los últimos años. Dabone tenía enfrente a otro gran pívot, el madridista Moussa Manel, de 2,09 m, que hizo cosas muy interesantes (20 puntos y 10 rebotes) y más de una vez le buscó las vueltas a la estrella del torneo. Sin embargo, el talento de Dabone, unido a su físico, le convierte en un interior de otro planeta en la categoría.

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Dabone es altísimo, tiene brazos larguísimos, fundamentos, tiro, movilidad, velocidad, una capacidad muy buena para realizar saltos y esfuerzos encadenados, de ahí que sea un intimidador implacable. Su presencia aterrorizó a todos su rivales en el torneo y condicionó mucho el juego del Madrid, de los interiores, pero sobre todo de los bajitos, que no fluyeron hacia el aro como acostumbran. Más allá de Dabone, sus compañeros ofrecieron un nivelazo. Sorprende que a esta edad cometan tan pocos errores y lean tan bien el juego. Jan Cerdán, por ejemplo, un alero de 1,95 hizo una final soberbia (19 puntos y 9 asistencias para 29 créditos). También Jan Martín y Pau Cruz, lejos aún del 1,80. E Izan Perez y William Maker Bol (1,90 ambos). Y es que el Barça de Dabone metió 89 puntos con 11 triples (de 31 intentos), una cifra fenomenal tras una gran circulación de balón (¡22 asistencias!).

En el Madrid, igual, grandísimos talentos y juego colectivo con José Antonio Ramírez en el banquillo. Moussa Manel suma mucho por dentro, cierra el rebote (más lo haría, claro, si no estuviera Dabone); pero el perímetro blanco es de mucha destreza: Rhys Robinson (dos matazos al contraataque), Aniel Fevry (gran triple de medio campo a lo Llull), Pablo Mera (23 puntos), Toni Garma… Hay futuro, mucho baloncesto.

El mejor quinteto de la Minicopa

Como anunciaron tras la final, aunque no hubiera hecho falta, el MVP fue para Mohamed Dabone, al que acompañaron en el mejor quinteto Pablo Mera y Rhys Robinson (ambos del Real Madrid), el también azulgrana Jan Cerdán y August Moller, del Unicaja. Antonio Martín, presidente de la ACB, hizo entrega a Nil Serrat (Baxi Manresa) del premio especial a la mejor actitud.