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SURNE BILBAO BASKET

Miribilla abre una nueva era

El Bilbao Basket arranca la temporada posterior a la de Álex Mumbrú con muchos fichajes. “Queremos construir algo grande”, dice Alonso.

Actualizado a
La plantilla bilbaína, en Miribilla
AIOL

Miribilla asiste a las horas previas de una nueva temporada con una mezcla de expectación y dudas. 13 años después, todos se preguntan cómo será afrontar un partido sin Mumbrú en la cancha o en la banda. Ha quedado su camiseta con el número 15 retirada, como reserva espiritual, y un legado difícil de olvidar e igualar. Coge el relevo Jaume Ponsarnau, que tiene la difícil papeleta de acercarse mínimamente a la dimensión de la figura más legendaria en la historia del club. No llega para romper con ese pasado reciente, sino con un espíritu de continuidad y con ideas propias muy marcadas. “Queremos un equipo que corra mucho, pero también que sea inteligente para gestionar las situaciones cuando sea necesario no correr, que intente buscar la ventaja pronto en los ataques y a partir de ahí, que se muestre dinámico para consolidar esa ventaja. Y que defensivamente sea incómodo, de tal forma que el rival no encuentre su juego”, resume el preparador de Tàrrega.

Esta mañana ha habido un encuentro de puertas abiertas con los medios antes de la sesión preparatoria. Ubal sigue fuera por una viriasis pendiente de evolución con afectación analítica y del sistema general. Estos días coge su sitio el canterano Barandalla. Goudelock, recién operado en la rodilla por el doctor Mikel Sánchez, ha estado en las sesiones de fotos y mantiene la esperanza de volver en marzo. La recuperación se llevará a cabo en Bilbao. Rigo tampoco ha podido estar presente, ya que tiene una cita con el cirujano en Madrid por el nuevo mazazo en el cruzado. El resumen general sale de la boca de Francis Alonso: “Queremos construir algo grande”. y lo desarrolla. " Soy un jugador con mucha ambición y voy a querer mejorar día a día, trataremos de dar el cien por cien, la permanencia es algo que todos queremos, pero soy ambicioso y el equipo, también y aspiramos a más”.

Se han ido Delgado e Inglis, dos jugadores capitales para la permanencia la temporada pasada. Se revalorizaron y han hecho las maletas. Se mantienen Hakanson, Reyes y Withey. Y llegan el base Radicevic (Lietkabelis); los escoltas Adam Smith (Hapoel Holon), Ubal (Barcelona) y Francis Alonso; el alero Rabaseda (Burgos); los ‘cuatros’ Sulejmanovic (Lenovo Tenerife), Rosa (Lleida) y Andersson (Wielkopolski) y el pívot Kyser (Hapoel Holon). Al final, nueve fichajes que hacen necesario armarse de paciencia en las primeras semanas, y más teniendo en cuenta las lesiones que han soportado este verano. Mucha polivalencia con hasta cuatro jugadores que pueden alternar el ‘uno’ y el ‘dos’, menos perfiles para generar por dentro y la idea de que se va lanzar mucho desde el perímetro.

No hay tiempo para muchos preparativos: en cinco días desde el estreno del viernes en Badalona ante el Joventut, el Surne deberá jugar tres encuentros. El domingo se abre el telón en Miribilla, ante el Betis, y el martes otro debut, en la Champions, a domicilio ante el Nymburk. “Es un maratón de partidos, nos vemos en el punto en el que hemos trabajado para estar pese al problema con los bases, siempre tratas de crecer con los bases. Estamos en la mejor situación posible con las actuales circunstancias”, resume Ponsarnau. Van a tener tal cantidad de compromisos compaginando ACB y BCL que lo considera “una prueba de superación y nos tiene que ayudar a crecer juntos”.

El capitán Rabaseda, se pronuncia por la misma línea: “Tenemos muchas ganas de empezar. Hay que dar un paso al frente para hacerlo bien, ahora que el grupo está al completo. Es la hora de la verdad”. Sobre el estreno en Miribilla el domingo, remarca que “será muy especial para los nuevos ver a la afición, que tiene ganas de llenar el pabellón”. Y Hakanson se aferra a que “siempre existe la ilusión de hacer una gran temporada”. El escolta sueco afirma que se siente como en casa, “la gente y la ciudad me han acogido estos años como a uno más”.

La Liga empieza con dudas en todos los equipos, ya que el Eurobasket ha condicionado la planificación de muchos equipos y “las pretemporadas han sido muy convulsas, con más partidos, menos efectivos y muchas lesiones. Hay muchas incógnitas, lo seguro es que va a ofrecer un buen espectáculo”, deduce Ponsarnau. El ánimo del exentrenador del Zaragoza se ve reflejado en su rostro al hablar de lo que le espera inmediatamente: “Veo con mucha ilusión partido del domingo con la gente de Miribilla. El objetivo trascendental es ser uno de los 16 mejores y, a partir de ahí, convertirnos en el mejor equipo posible. Nos hemos preparado lo mejor posible para este inicio exigente”. Además, se acordó de Javi Pérez, histórico aficionado del Valencia que ha fallecido esta semana y lanzó un apoyo a su familia.

Rabaseda sabe que tendrá que tirar del carro por veteranía cuando las cosas no vayan bien. “Me caracterizo por ser muy pasional, trato de hacer un buen trabajo para el equipo, siempre he dejado a un lado las estadísticas individuales, me intento dejar la piel en los partidos, ese es mi ADN y si a partir de ahí, puedo ayudar en más cosas, bienvenido sea, pero eso no puede faltar esa es la seña de identidad”. Es el mayor del vestuario por primera vez en su carrera y asume que debe dar ejemplo “para que todo el equipo vaya detrás de mí” y que sirva “para que funcionemos y seamos competitivos en todos los partidos”.

El alero de Ripoll es un coleccionista de títulos. Los tiene casi todos, primero los más importantes con el Barcelona, luego el Mundial con la Selección y finalmente la Champions y la Intercontinental con el Burgos. Es sí, el año pasado cayó con el equipo castellano en el play-in posterior a la fase inicial de grupos en la BCL, ante el Darussafaka, y acabaron descendiendo en la Liga. Le apetece volver a la Champions, una competición que “sirve para coger ritmo y encontrarnos como equipo, y ayuda a la convivencia”. Por último, esgrime que “los nuevos están poniendo mucho de su parte, físicamente el equipo aún anda algo justo y hemos tenido que reajustar cosas en muchos partidos porque estábamos sin bases, ahora todos estamos en nuestra posición natural”.

A su lado, Francis Alonso es el contrapunto: lo suyo no es tan defensivo sino garantizar el sustento ofensivo, y seguir creciendo. “Estoy contento por formar parte de esta gran familia, me han ayudado mucho a sentirme como en casa”. El escolta notaba que su ciclo en Unicaja había concluido. “Ha habido muchas dificultades en pretemporada y un montón de partidos, el grupo está cohesionado, con muchas ganas de que esto empiece”. Estar acompañado por 10.000 personas en Miribilla le atrae mucho: “Por la pandemia y los límites de aforo no pude verlo lleno estos años, me encanta lo que supone estar aquí enfrente de una gran afición, estoy con ganas de experimentar en casa el infierno”.