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JUEGOS OLÍMPICOS | TOKIO 2021 | AUSTRALIA

Un escándalo racista salpica a la pívot australiana Liz Cambage

La jugadora renunció a los Juegos de Tokio unos días antes alegando problemas psicológicos. Un amistoso ante Nigeria, el desencadenante de todo.

Australia's center Liz Cambage (L) vies with Spain's forward Astou Ndour during the FIBA 2018 Women's Basketball World Cup semifinal match between Spain and Australia at the Santiago Martin arena in San Cristobal de la Laguna on the Canary island of Tenerife on September 29, 2018. (Photo by JAVIER SORIANO / AFP)
JAVIER SORIANOAFP

Unos días antes de que arrancaran los Juegos de Tokio, Liz Cambage sorprendió al anunciar que renunciaba a estar en la cita asiática. ¿Los motivos? No se sentía bien aislada en la burbuja y también alegaba unos problemas de salud mental. Hace un par de semanas, Jenna O'Hea, capitana de la selección australiana, confirmó en ABC el incidente que desencadenó todo, una historia que ha ratificado Sunday Telegraph, que ha tenido acceso a las imágenes de aquel partido.

En un amistoso a puerta cerrada entre Australia y Nigeria celebrado en Las Vegas, Cambage perdió los estribos y le dio un codazo en la cabeza a una jugadora nigeriana. Se originó una tangana en la que la pívot golpeó a otra rival mientras comenzaba a increparlas, llamándoles "monas" y diciéndoles que volvieran a su país tercermundista. Varias jugadoras nigerianas que estaban en aquel partido lo han corroborado en este medio.

Lo más rocambolesco de la historia es que el padre de Cambage es nigeriano y la jugadora, antes de ese partido, le había comentado a sus rivales que preferiría jugar con Nigeria porque sus compañeras eran algo racistas. Además, Cambage siempre se ha quejado de que sufrió mucho de pequeña, que llegaba a su casa llorando porque era una de las dos únicas personas negras en su escuela, situada en un suburbio de Melbourne.

La pívot de las Sparks pidió perdón al día siguiente, aunque las jugadoras nigerianas no creyeron que fueran disculpas sinceras. La Federación australiana inició una investigación, pero antes de que emitieran un castigo para Cambage ella decidió renunciar a las Opals y abandonar la concentración. "No es un secreto que en el pasado sufrí con mi salud mental y recientemente he estado preocupada sobre lo que supondría afrontar unos Juegos en una burbuja. Sinceramente, me parece aterrador. El mes pasado he estado sufriendo ataque de pánico, sin dormir ni comer", explicó Cambage sobre su ausencia en los Juegos en Twitter.

En 2019, la australiana desveló en una carta en The Players Tribune que tenía problemas psicológicos, aunque antes había admitido que entre 2011 y 2017 había sufrido algún episodio de depresión y ansiedad. En el verano de 2019, Cambage se perdió varios partidos de la WNBA (jugaba en Las Vegas Aces) por un brote depresivo por el que tuvo que iniciar un nuevo tratamiento. 

Cambage ha reaccionado a todo este embrollo con un comunicado en sus redes sociales en el que, primero, pide perdón de nuevo aunque apunta que aquel amistoso no tenía los estándares adecuados para realizarse con seguridad y sin problemas. La jugadora se siente profundamente decepcionada ante el hecho de que se haya vuelto a hablar de este hecho, que se trató de forma privada cuando ocurrió, e intenta dejar en mal lugar la organización de la federación australiana y la actitud de la selección nigeriana. En respuesta Cheryl Chambers, la entrenadora sustituta de Australia durante la temporada de la WNBA, dice que "esto es cosa del pasado", que "para ser honesto no hemos pensado en ello en mucho tiempo" y que "ya estamos pensando en cómo mejorar de cara a la Copa del Mundo". Andrew Gaze, mítico jugador oceánico y campeón de la NBA en 1999, había hablado hace poco en términos poco elogiosos sobre este asunto: "Lo que realmente me fastidia es que diga que en Los Ángeles se siente apoyada a un nivel que no tenía en el equipo australiano. Y sugerir eso es altamente ofensivo. Ha tenido comportamientos que, bajo un enjuiciamiento razonable, conllevaría repercusiones muy serias. Pero que encima diga que no se sintió apoyada no es justo".