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CHAMPIONS BASKETBALL | JORNADA 5

Un pésimo último cuarto condena al Unicaja en Oostende

La dura derrota (86-68) no evita la clasificación de los malagueños para el Top-8, pero el factor cancha dependerá de lo que suceda en el Oostende - Cluj de la próxima semana.

Los jugadores del Unicaja, cariacontecidos en su banquillo.
Los jugadores del Unicaja, cariacontecidos en su banquillo.FIBA

El Unicaja sigue en caída libre. Esta vez fue la competición europea la que le sacó los colores a un equipo que se descompuso de manera incomprensible en el último cuarto y concedió 18 puntos de ventaja en los últimos 6:38 de partido. La derrota no impedirá su clasificación para el Top-8, pero sí pone de manifiesto una vez más las enormes carencias de un proyecto muy mal concebido. A pesar del 86-68 final, los verdes aún pueden ser primeros de grupo si el Cluj-Napoca pierde la próxima semana en la pista del Oostende.

Levi Randolph, la estrella del cuadro belga, hizo añicos a los malagueños y se sacó la espina de su mal partido en el Martín Carpena. El escolta fue incontenible de principio a fin. Sus 35 puntos fueron una losa muy pesada para el Unicaja, que se mantuvo durante 34 minutos en el encuentro gracias al acierto y buen hacer del trío exterior formado por Alberto Díaz, Brizuela y Francis Alonso.

El arranque del partido volvió a evidenciar la importancia capital que tiene el base en este Unicaja. Díaz fue el corazón de un equipo de nuevo ‘guadianesco’ que alternó minutos muy solventes en ambas zonas con otros periodos muy grises en los que incluso llegó a verse 13 puntos abajo. Los mejores momentos coincidieron con el malagueño sobre la cancha. Su paso por el banquillo en la recta final del primer cuarto e inicio del segundo la aprovechó el Oostende para escaparse en el marcador (30-17). Luego reapareció para seguir robando balones y repartiendo asistencias.

Alberto Díaz era el faro (2 puntos, 7 asistencias y 3 robos al descanso) y Francis Alonso y Darío Brizuela (10 y 9 puntos respectivamente en los primeros 20 minutos) los ejecutores del juego ofensivo del Unicaja. Esa fue la fórmula a la que se agarró Ibon Navarro para contrarrestar la exhibición de Levi Randolph (17 puntos en el primer tiempo) y equilibrar un partido que no llegó a dominar en ningún momento (39-38 al descanso).

Los dos primeros periodos también dejaron el histórico debut de Mario Saint-Sepury, un cadete de 1,90 que aún no ha cumplido los 16 años y que se convirtió en la pista del Oostende en el jugador más joven que defiende la camiseta del Unicaja en partido oficial. Las bajas en el perímetro de Matt Mooney, Bouteille y Jaime Fernández propiciaron este estreno del joven jugador de Rincón de la Victoria, llamado a hacer grandes cosas.

El guion del partido no varió tras el descanso. Randolph enchufó otros dos triples y Alberto Díaz y Francis Alonso mantenían a flote la resistencia verde. El cuarto triple del escolta supuso la primera ventaja visitante en muchos minutos (51-52, minuto 27). Fue un golpe efímero porque al ataque siguiente Conger devolvió el triple y la iniciativa a los locales, que enfilaron el cuarto final con ventaja (59-56, minuto 30).

Los puntos de Brizuela y dos triples de Alonso continuaron siendo la carta de presentación cajista en el cuarto acto. Pero no encontró más argumentos el equipo malagueño más allá de Alonso, Brizuela y Alberto Díaz y de alguna acción puntual de Cameron Oliver.

Al margen de Randolph, solo Jantunen y Conger superaron la decena de puntos en el Oostende. Pero con el escolta, al que no fue capaz de parar nadie en el Unicaja, tenían de sobra los locales. Randolph siguió sumando de todas las maneras y aprovechó el último titubeo verde para disparar a su equipo y liquidar las opciones de un Unicaja que se arrastró en el último cuarto y firmó otra dolorosa derrota.