LA RETIRADA DE PAU GASOL

El dinero ganado por Pau Gasol con sus contratos como jugador

Un repaso a los contratos de Pau Gasol como jugador de baloncesto. El jugador se ha embolsado una buena cantidad de dinero en más de 20 años.

0

Pau Gasol se ha retirado de la práctica del baloncesto profesional después de más de dos décadas de éxitos en el circuito y siendo una de las figuras principales del panorama español y europeo. A todos los niveles. El barcelonés se va habiendo ganado de todo y a casi todos y como uno de los mejores jugadores a nivel global entre lo hecho en la NBA y a nivel de FIBA, con la Selección Española. Sólo otros como Dirk Nowitzki, Tony Parker, Drazen Petrovic o Arvydas Sabonis se acercan a su currículum a este respecto. Es, por tanto, uno de los grandes de la historia. 

Una etapa en Europa, toda la NBA, otra etapa en Europa. Así, en círculo, es como se dibuja una carrera de leyenda para Pau Gasol, que se ha podido ganar muy bien la vida como profesional del baloncesto con los contratos firmados en Estados Unidos, donde ganó el Anillo en dos ocasiones. 

No se incluyen en este repaso otras firmas fuera de lo estrictamente deportivo. Por ejemplo, la de la marca que le ha vestido desde sus inicios, Nike, u otro de sus patrocinios más reconocibles, el del Banco Popular. 

Gasol ha gastado parte de su fortuna en obras sociales, como las que desarrolla con la fundación que lleva su nombre. Con su hermano Marc comparte algunos de estos fondos para ayudar a personas de entornos desfavorecidos. 

El dinero de Pau Gasol 

Es difícil calibrar lo que cobró Pau en su primera estancia como jugador del Barcelona, pero fue en mínimos. Explotó en aquella Copa del Rey cuando era uno de los canteranos por los que estaba apostando el club, con Aíto ofreciendo la alternativa a jóvenes como él, y aquel sueldo era uno de los más bajos del plantel. Estuvo dos años desde su debut en Cáceres, en aquel enero de 1999, como profesional pero todavía con ficha del equipo júnior.

En todo caso, en ese primer impulso, no superó los 250.000 euros, que en aquel momento todavía eran pesetas en España

Se marchó rápidamente a EE.UU. En 2001 llegó la llamada de la NBA y no renovó su acuerdo con el Barça, el club que le elevó a un nuevo nivel. En Estados Unidos es el lugar en el que Pau Gasol amasó su gran fortuna. Pese a que le draftearon los Hawks fueron los Grizzlies, gracias a un traspaso, los que acogieron a aquel fino interior español que seguía los pasos de Fernando Martín. 

El contrato de novato escalado para él le reportó unos 13,8 millones en esos primeros cuatro años. Nada que ver con los de ahora, mucho más voluminosos gracias al acuerdo de la Liga con los operadores televisivos y el incremento de los salarios. En 2004 tocó renovación y fue por seis años, un contrato no permitido en la actualidad, a razón de 86,5 millones. Cumpliendo ese segundo acuerdo le tocó irse traspasado a los Lakers, el equipo con el que consiguió alzar el trofeo de campeón en dos ocasiones (2009 y 2010). Entre medias de los dos Anillos firmó una extensión de veterano con los de Los Ángeles que se empezaría a hacer efectiva en 2011 y llegaría a 2014, siendo en ella en la que alcanzó el mayor montante económico de su carrera por sólo una temporada: 19,2 en la 2013/14. Al elegir como agente libre se decantó por los Bulls, con los que firmó un 2+1 en el que no ejerció su opción de jugador en 2016. En la siguiente ocasión en la que escogió lo hizo para irse a los Spurs. En San Antonio, 1+1, salida al mercado tras el primer año y su último gran contrato: 48,8 millones por tres años. Los texanos le cortaron en un movimiento duro para Pau, que se fue a los Bucks. Allí, en Milwaukee, y posteriormente en Portland, mínimo de veterano. Su última campaña fue con los Blazers pero de forma testimonial, ya que no pudo ponerse en forma tras su lesión en el pie y acordó una salida con la franquicia, por lo que su contrato quedó reducido a 460.000 dólares, la parte proporcional por los meses que estuvo en ella. 

En su vuelta a Europa, siendo ya embajador del Barça, decidió no cobrar un salario y así ayudar a la viabilidad del club y demostrar que lo que quería era ponerse en forma para los Juegos Olímpicos de Tokio, su último baile, y no recibir contraprestación por el favor que le hacía el equipo de Sarunas Jasikevicius. Sí tuvo que cobrar porque es obligatorio, pero sólo por mera legalidad: el mínimo de veterano, la parte proporcional de los 68.000 euros que exige el convenio de la ABP con la ACB para todos los jugadores. Tampoco se los quedó, los donó a la beneficencia posteriormente. 

La cuenta da como resultado un poco más de 225 millones de dólares, unos 194 millones de euros. Todo ello en neto, dependiendo de las diversas fiscalidades que se ha tenido que encontrar en los estados de EE.UU. porque en Barcelona casi no ha tenido influencia para el total, ya que esa suma no llega al medio millón.