Unicaja se llevó una victoria fundamental ante el Acunsa GBC, ya descendido, para soñar con un playoff por el título que tiene muy complicado, por no decir imposible. Para luchar por el título necesita ganar el domingo al Real Madrid y esperar a que el Andorra pierda sus dos partidos pendientes. En síntesis, Unicaja no depende de sí mismo y necesita un milagro de los panes y los peces para maquillar una temporada decepcionante. Jaime Fernández, una vez más, fue el mejor de los verdes.

El equipo de Fotis Katsikaris, que cogió un poco de impulso en su lucha por la octava plaza tras su inesperada victoria en Vitoria ante el Baskonia, necesitaba ganar dos partidos (el último contra el Real Madrid) y un resbalón imposible del Morabanc Andorra. El Acunsa, descendido, buscaba acabar con la mejor dignidad posible su mala temporada.

El primer tiempo fue insoportable. Gipuzkoa no podía; Unicaja, que se jugaba su octavo playoff por el título consecutivo, no llegaba. La clásica inferioridad de los malagueños con el rebote se contrarrestaba con el tremendo desacierto de los donostiarras con los tiros de campo (12/42 en este tramo) lo que explica que el primer cuarto terminase con 12-12 y se llegase al descanso con un corto 25-29. Dee, con siete puntos, mejor anotador del tramo.

Tras la reanudación Unicaja hace ademán de irse en el marcador (37-43 min. 25’) pero las pérdidas le lastran, 14, más una antideportiva de Brizuela que desespera a Katsikaris. Son los mejores minutos de Okouo, ex de Unicaja con ganas de revancha. Gipuzkoa se adelanta de nuevo en el marcador (46-43 min. 29). El partido es un disparate que Unicaja solo puede desequilibrar si acierta con los triples porque en lo demás está disperso. Jaime Fernández cierra el tercer cuarto con una buena ‘bombita’ (48-49). Algo es algo. La recta final empieza fea para los malagueños que siguen perdidos hasta que Thompson cuela un triple que empata a 54 a los 32’. Jaime Fernández tira del carro. Unicaja encuentra el triple, pero Acunsa también (63-64 min. 34’).

En medio del desierto Jaime es el oasis que refresca de entusiasmo a los suyos y desconcierta a un oponente con más voluntad que recursos. Unicaja se pone 65-72 a falta de tres minutos con balón a favor que Rubén Guerrero no desaprovecha. A falta de dos minutos, un 66-75 ya irrecuperable para los guipuzcoanos. Jaime, con un triple descomunal a falta de 28’ dictó sentencia. Unicaja se lleva una victoria que le agarra al clavo ardiendo del playoff. Pero no convence