Cory Higgins ha firmado una Copa espectacular: 19 puntos, 2,7 rebotes, 1,3 asistencias y 17,7 de valoración. MVP merecido. El escolta llegó al Barça en el verano de 2019 (junto a Nikola Mirotic, Brandon Davies y Malcolm Delaney) después de conquistar la Euroliga con el CSKA en la Final de Vitoria. En aquel momento, para muchos era el mejor americano de toda Europa y en esta Copa ha sido uno de los artífices del título del Barça, el primero para él con el equipo azulgrana. "Sabíamos que para ganar la mentalidad iba a ser muy importante. Queríamos jugar así toda la Copa y se ha demostrado en los dos últimos partidos. Tuvimos mentalidad de campeones y estoy muy orgulloso del equipo", dijo en la rueda de prensa.

Higgins desveló que sólo tenían una cosa clara antes de la final ante el Madrid ("Debíamos ser mejores que en el anterior partido") y que el MVP "no es importante" para él. "No significa mucho para mí. El premio debería ser para mis compañeros, para mi entrenador y para el resto del cuerpo técnico".

El californiano, que llegó en el verano de 2019, se siente como en casa. "Desde el primer día esto ha sido una familia. Eso es muy importante, porque para ganar hay que estar unidos. Este año todo ha sido un proceso, pero esto no ha hecho más que empezar y ahora nuestro objetivo es seguir por el buen camino".

Higgins está acostumbrado a codearse con los más grandes. Es hijo del exjugador Rod Higgins, que estuvo en el Olympiacos en 1993 e hizo carrera en la NBA antes y después (812 partidos) de su paso por Grecia. Allí jugó en siete franquicias, incluidos los Warriors. Precisamente, en California, en 1989, nació su hijo Cory. Pero también estuvo en Chicago, donde coincidió (y conoció) al más grande. Michael Jordan era tres años más joven que él y en su año de rookie, Rod le llevaba a casa. Ambos forjaron una gran amistad. De ahñi que Jordan sea el padrino de Cory Higgins. "El mayor impacto que ha tenido Michael sobre mí es que soy más calmado, más discreto y más selectivo con mis relaciones", reconoció el escolta en su presentación con el Barça.

Cuando Rod se retiró se convirtió en asistente de Don Nelson en los Warriors. Después, en la misma franquicia, se mudaría a los despachos como mánager general en 2004. Tres años después de aquello, Jordan le convenció para que se marchara con él a Charlotte Bobcats (ahora Hornets). Allí pasó siete cursos como mánager y presidente de operaciones. Su amigo Jordan era el dueño y él, uno de los responsables de la plantilla.

Entre los dos decidieron que Cory Higgins dejara Charlotte tras 44 encuentros en dos cursos. Era finales de 2012. A Rod le habían acusado inicialmente de mediar por su hijo, pero la realidad demostró que no era así. Porque Higgins ha hecho carrera en Europa. Y qué carrera. Primero se marchó a Rusia (Zenit), luego a Turquía y volvió a Rusia (CSKA) antes de aterrizar en el Barça. Por ahora, ha levantado dos Euroligas con el CSKA (2016 y 2019) y cuatro Ligas VTB, los cuatro años que estuvo en el equipo ruso (entre 2016 y 2019). Este domingo se estrenó en España con su primera Copa del Rey.