Real Madrid - Gran Canaria, una conexión rentable
Walter Tavares y el lesionado Jaycee Carroll, los más claros exponentes de las bondades de este puente aéreo entre ambos equipos.
Ni que el actual Herbalife pasara por ser una cantera madridista, el puente aéreo entre Gran Canaria y la capital funciona a la perfección, en uno y otro sentido, excelentes dividendos en ambos casos.
Tan obvio como grande es Edy Tavares resulta el ejemplo del gigante de Cabo Verde, el más claro exponente de las bondades de este baloncestístico puente aéreo. Pese a que el pívot más dominante de Europa llegó al Madrid en el otoño de 2017, se puso en la órbita del equipo en febrero de 2014, durante la Copa del Rey de Málaga, la de la canasta clave de Llull en la final contra el Barça. En aquellos cuartos de final, Tavares brilló con luz propia, 16+12, en la tunda que el futuro campeón le dio al Gran Canaria (83-60).
Saltaron entonces las alarmas en los despachos madridistas. En 2015 Tavares se marchó a los Atlanta Hawks. Dominó en la CBA pero no tuvo suerte en la NBA, donde incluso compartió vestuario en Cleveland con LeBron James. Condenado a entenderse como estaba con el Real Madrid, club del que es devoto seguidor incluso desde que era un niño, llegó a Valdebebas en 2017 tras la grave lesión de rodilla de Kuzmic. En pocos meses ya era el pívot más dominante de Europa y los títulos fueron cayendo.
Tavares llegó para apuntalar la época más gloriosa del baloncesto patrio, una era que vivió desde su comienzo Jaycee Carroll, un pequeño escolta de Wyoming que llegó en 2009 al Granca procedente del Téramo italiano de la mano de Himar Ojeda, hoy director deportivo del Alba Berlín y uno de los responsables de la llegada de Tavares al Granca. Dos años como máximo anotador de la ACB eran garantía más que suficiente para fichar por el Madrid, donde cumple su décima temporada, y ser el extranjero que más partidos ha jugado con tan legendaria camiseta.
El camino inverso
Previo paso por el Gran Canaria en el Madrid también jugó Pat Burke, lo que sirvió para que un imberbe Fran Vázquez, allá por el año 2004, comenzara su explosión.
En sentido inverso hicieron su Javi Beirán y Tomás Bellas, canteranos madridistas. Como Hernández Sonseca a comienzos de siglo. Por la isla también estuvo cedido Vladimir Dasic, aunque al montenegrino se le vio más en la playa de Las Canteras que en la cancha. Además, de Eduardo Hernández Sonseca, Giannis Bourousis, Pablo Aguilar, David Brabender, Jean-Marc Jaumin, James Joseph Larrañaga y Kennedy Lawrence Winston, y los canteranos blancos Willy Villar y Juanra Marrero.