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Movistar Estudiantes
80
Delteco GBC
61
Finalizado

LIGA ENDESA | 8ª JORNADA

El Movistar Estudiantes suma la cuarta con un Gentile sublime

El conjunto colegial derrota al Acunsa GBC con una extraordinaria actuación del italiano: 30 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias para 31 de valoración.

Alessandro Gentile lanza durante el Movistar Estudiantes - Acunsa GBC.
Alessandro Gentile lanza durante el Movistar Estudiantes - Acunsa GBC.ACB Photo

The Alessandro Gentile Show. Ese es título del programa que se pudo disfrutar este miércoles en el WiZink Center, en la victoria del Movistar Estudiantes ante un Acunsa GBC que aterrizó maravillosamente bien pero luego desapareció, ahogado por el maremoto en que se convirtió el italiano, el mejor parche posible ante la baja en la segunda jornada de Edwin Jackson. No hay adjetivos para calificar lo que hizo Gentile. Maravilloso, sublime, dominador. Un titán entre niños. Tras anotar solo 4 puntos (y parecer descentrado) en la primera parte, acabó el duelo con 30 (11/19 de dos), 7 rebotes y 6 asistencias para 31 de valoración. Se lo jugó todo (menos 14 segundos) tras el descanso. Vital para que los colegiales enderezaran un enfrentamiento que pintaba azul oscuro casi negro de arranque y acabó con la cuarta victoria estudiantil en ocho jornadas. El pasado curso, esa cifra se alcanzó en la 14ª. Algo ha cambiado en los madrileños y, por una vez, es para bien.

RESUMEN

Movistar Estudiantes 80 (13+14+29+24): Robertson (12), Gentile (30), Avramovic (4), Brown (12), Delgado (6) -cinco inicial-, Vicedo (-), Arteaga (13), Cvetkovic (3), Giedraitis (-), Sola (-).

Acunsa GBC 61 (18+12+19+12): Faggiano (4), Francis (6), Tomás (8), Magarity (2), Echenique (20) -cinco inicial- Dee (-), Okouo (6), Span (5), Radoncic (10), Oroz (-).

Árbitros: Alberto Baena, Javier Torres y Emilio Pérez. Sin eliminados.

Incidencias: Partido correspondiente a la octava jornada de la Liga Endesa disputado en el Palacio de Deportes (WiZink Center) a puerta cerrada como consecuencia de la crisis sanitaria del coronavirus. Los jugadores del equipo local salieron a calentar con unas camisetas en las que podía leerse el lema 'Enfermeras, hoy jugamos por vosotras'.

Día raro, hora rara, partido raro… al menos en su amanecer. Nervioso, inquietante el inicio en ambos contendientes, que trataban de encontrar el rumbo tras los sopapos recibidos en la última jornada en el derbi ante el Madrid y frente al Fuenlabrada. El Gipuzkoa presionaba con una defensa ordenada que cortocircuitaba a los colegiales (qué hacer, se preguntaban) y Echenique, vaya jugador, se encontraba disfrutón: en sus primeros 5 minutos ya se había disparado a los 10 puntos (3/3 de dos y 1/1 de tres) ante un Delgado perdido. Y los vascos se iban en el marcador con un triple de Pere Tomàs (9-18).

El Estu trataba de achicar agua con Arteaga (9 tantos) como salvador porque el arma predilecta fallaba: los triples no entraban. Muchos bien elegidos, liberados en la mayoría de las ocasiones, se resistían a hacer bingo y la sangría era de aúpa: 1 de 7 en los primeros diez minutos; 2 de 15 al llegar al descanso. Solo Roberson y Brown acertaban. El resto, al abismo con Gentile sin suerte y los vascos sacando relativo beneficio de unos 2+1 bastante infantiles la mayoría de las veces. Al descanso un desconcertante 27-30. ¿Qué habíamos visto?

La explosión de Gentile

Y del frío, al calor más extremo con Gentile abrasador. El italiano fue imparable, un ciclón en todo el tercer cuarto. No paró de machacar el aro guipuzcoano. Sin miramientos, sin compasión anotó 18 de los 29 puntos del Estudiantes. De todos los colores: de tres, en penetración, a media distancia con su tiro hacia atrás, con pique con Radoncic… 29 tantos, más que todos los que habían anotado los ramireños en los dos primeros periodos. Además, capturó 4 rebotes para englobar en esos 10 minutos en cancha 21 de valoración.

El Acunsa resistía con lo que tenía y eso era Echenique. Poco más. El colombiano añadía 7 tantos (finalizó con 20 y 11 rebotes para 26 de valoración) más en su cuenta personal pero los suyos habían perdido fuerza en defensa por el empuje de Gentile y veían como su ventaja se deshacía: del 31-36 al 56-49 pasando por un empate volátil a 41. Al revés que su rival, que subía las líneas. Presión desde la salida de balón, pocos desajustes en los cambios de asignación. Todos se movían como un único ser y eso se le atragantaba al GBC, que solo obtuvo 31 tantos en los segundos 20 minutos, fallando tiros libres en los peores momentos. Se deshacía como ante el Urbas Fuenlabrada. Los mismos síntomas de caída de brazos que en la ACB son mortales.

A mitad del último cuarto ya estaba 15 abajo (65-50) tras una canasta de Brown, 21 (72-51) tras una penetración de Roberson y con el italiano de fiesta todavía. Había encontrado la yugular de su presa, no iba a soltarla y sumaba 8 puntos más a su cuenta personal y repartía cariños a sus compañeros para pintar una auténtica obra maestra en un día raro, a una hora rara y en un partido raro que da la cuarta victoria a los estudiantiles para un tranquilizador 50% de balance.