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LIGA ENDESA | FASE FINAL 2020 | JORNADA 3

El Bilbao más heroico saca su orgullo herido ante el Tenerife

Enorme partido de los 'hombres de negro' con muy poca rotación y un chaval llamado Miguel Ruiz resumiendo la idea de que el equipo no se da por vencido. Los insulares, eliminados.

Iberostar Tenerife - RETAbet Bilbao Basket
 
 ACB PHOTO/M.POZO
 21/06/2020
Iberostar Tenerife - RETAbet Bilbao Basket ACB PHOTO/M.POZO 21/06/2020 ACB PHOTO/M.POZO

El Bilbao Basket no ha arrojado la toalla. ¿Alguien sintió la tentación de pensarlo? ¡Pobre ignorante! Ni la espantada de Haws, ni la venta de Bouteille, ni el dedo quebrado de Brown o las molestias de Kulboka arrojaron a la cuneta su ilusión. Si había pocas desgracias, Schreiner, un hombre queridísimo por el vestuario y uno de los héroes del ascenso, también cayó en batalla. El ataúd parecía sellado con una paliza sangrante ante el Baskonia y, sobre todo, un partido clave ante el Joventut, que se le escurrió entre los dedos. Cuando lo normal habría sido mandarlo todo al garete y no seguir exprimiendo una plantilla que va con la legua fuera, los chicos de Mumbrú se han cascado un partido memorable, un triunfo heroico que posiblemente no valga para nada pero que levanta la moral de esta gente que no se arrodilla ni con mil fusiles apuntando a su sien ni con un alud de infortunios. Bueno, o quién sabe: si esquivan al Baskonia (la derrota holgada les pesa) y completan otra gesta ante el Barça seguirán con vida de cara al final ante el Unicaja. Ya lo hicieron una vez, en el Palau, para sacarse el billete para la Copa, vayan a saber...   

¿Quién fue la estrella de la tarde? Pues difícil decirlo porque aquí no sobresale nadie por encima de la virtud del colectivo. Da la sensación de que la victoria ante un Tenerife que se queda sin opciones es una demostración de la plantilla de Bilbao Basket a su entrenador de que cierran filas para dejar claro que estos años que llevan juntos no merecían un peregrinaje agónico por La Fonteta. Es un triunfo que perdurará en el tiempo, antológico, de los que ratifican que el camino es el adecuado. Si la rotación era mínima, Mumbrú la estiró con el júnior Miguel Ruiz, un chaval de 18 años, sí, menos de la mitad de la edad de Huertas, su afamado par. ¡Menudo descaro! ¡El baloncesto en Bizkaia nunca ha muerto por suerte! Su repertorio es una excelente carta de presentación: marcando los pasos perfectamente y dejando una bandeja, en un triple desde la esquina, en ambos casos ante Radoncic; entrando hacia el aro en un 'pick and roll' y anotando ante la ayuda del grande (Bogris)... Decir que sale un canterano en Bilbao ya no es predicar en el desierto. Aquí hay uno serio y con desparpajo. Seguro que Javi Salgado se ha emocionado, porque al fin alguien está en disposición de cogerle el testigo ahora que peina canas y maneja una pizarra en lugar de un balón.

El Bilbao Basket parecía hace dos días que no tenía piernas y hoy era Conan. Salió un punto por delante en cuanto a energía con respeto al Tenerife y mandó en el marcador en casi todo el combate, sin que el cuadro insular tuviera la postura de poner en riesgo su victoria. Mumbrú llevó la iniciativa con defensas zonales y aunque el Iberostar tiraba fácil en ocasiones, el ritmo estaba de su parte. Fue metiendo una rotación gradual para tener a todos con continuidad y las piezas encajaron. Con 10-16 cerca del final del primer cuarto, la cosa se iba encarrilando. Hubo algún atracón de bola, con poca movilidad en ataque, sin leer las líneas de pase, pero el Bilbao Basket se sobrepuso a eso y todo lo que le iba viniendo. 

Vidorreta se encontró con cierta facilidad en la primera parte para que llegaran balones interiores a sus hombres grandes. Y pidió dos contra uno en defensa arriba y en las esquinas. Eso sí, tras el descanso hubo otra gran salida vasca. Huertas salpicó solo un par de esos 'pick and roll' magistrales con el cinco, un detalle que domina el técnico bilbaíno. Zeisloft estuvo muy solo en la anotación. El juego se iba endureciendo y no le iba mal al RETAbet. La tónica apenas variaba, el Iberostar, falto de ambición, iba naufragando porque la pareja Shermadini-Huertas dejó de funcionar y no había liderazgo de otros hombres. Pese a todo, en el tercer cuarto logró ponerse por delante (37-36) tras un triple de Suárez y dos de Zeisloft (43-41) que mantuvieron al equipo aurinegro con algunas opciones de ganar el partido.

Rafa Martínez tomó las riendas en el tramo clave, como debe ser con alguien de su pedigrí en un marco como La Fonteta. Y Lammers decidió a la media distancia completamente solo, como si Vidorreta hubiera dejado deliberadamente ese agujero negro pensando en sobreproteger otros horizontes. Rousselle llevó las riendas de forma absolutamente sublime, Balvin selló un buen colofón y Sulejmanovic... pues, ya se sabe, puntito a puntito, rebotito a rebotito, desde ahí hasta el infinito. Y mucho más. Vuelve la vieja normalidad de Miribilla.