El San Pablo Burgos golpea primero al Zaragoza

El Burgos golpeó primero en Valencia y dio la primera sorpresa del torneo. Sin su bulliciosa afición y en el silencio de La Fonteta, el San Pablo ganó en su debut en esta fase final al Casademont Zaragoza 102 días después de que el coronavirus parase en seco la Liga Endesa. Una inactividad que se llevó por delante a varios de los mejores jugadores de ambos equipos: DJ Seeley y Jason Thompson se desligaron de los aragoneses y el veterano Fran Vázquez anunció su retirada durante ese paréntesis. Earl Clark abandonó la disciplina burgalesa: la próxima temporada jugará en Corea del Sur. Fue una victoria por la mínima, pero los de Peñarroya controlaron sin pausa (aunque con distintos y variados sustos) a un rival que era un coloso antes de la crisis de la COVID-19: tercero en ACB, solo había perdido en siete ocasiones. El Burgos, décimo, once veces. Un cambio radical de tendencias. ¿Esta es la nueva normalidad o solo una piedra en el camino? Veremos.

Por dentro y evitando las carreras. Peñarroya tenía claro como maniatar a su rival. Desde el 2-11 de salida, con un Bruno Fitipaldo lanzado (7 puntos), el Burgos marcó territorio. Castigaba de manera contundente la zona aragonesa: bloqueos fuertes y directos, bloqueos y continuaciones rápidas y 20 tantos en la zona en el cuarto inicial, 32 al descanso ¡48 al final! Más de la mitad de los puntos del equipo. Rivero, Lima y Apic combinaron 18 tantos en 20 minutos. 33 en 40. Eran gigantes que enviaban a los dos minutos a Hlinason al banquillo. Radovic no evitaba la sangría. Los burgaleses recibían los zarpazos de Ennis y del renovado Barreiro. Dos pequeños desde el perímetro de Alocén. Pero en la mayoría de los casos los sufrían al contraataque. Peñarroya avisaba en un tiempo muerto: nada de lanzamientos rápidos, eso les permite correr. Su punto débil.

El daño, de todas formas, era mínimo. Pequeños chaparrones, que tan rápido contraían el marcador (30-30) como escampaban y dejaban de nuevo al Burgos irse hacia adelante sin mirar atrás (33-42). Las pérdidas también lastraban al Zaragoza: 10 al llegar a la mitad del duelo. 16 tantos recibidos por ese mal. Y al descanso, +8 para los visitantes tras un triple de Ferran Bassas, que daba muy buenos respiros a Fitipaldo. Ambos fueron básicos: combinaron 22 puntos y 11 asistencias.

Mismo guion tras el descanso

El guion fue calcado a la vuelta de los vestuarios. Un plagio del primer y segundo cuarto. El impulso de Ennis (15 al final) acercaba a sus compañeros y Brussino empataba a 61. El argentino estuvo sobresaliente: 8 tantos, 8 rebotes y 5 asistencias para 24 de valoración. Benite daba otra nueva ventaja a los castellanos con 5 tantos sin respiro (63-69). Con solo 300 segundo para el final, McFadden dio el +10 a los de Peñarroya (72-82). La máxima del partido. Jaque ¿mate? Parecía...

Benzing comandó con 6 de sus 15 tantos en un pestañeo el parcial 0-12 que dio la primera ventaja al Casademont (84-82) en todo el partido. Benite, de nuevo Benite (11 puntos, todos en la segunda parte), una canasta de Lima y una penetración de Bassas firmaron la sentencia de muerte del Zaragoza. Los últimos intentos de Ennis para evitar la derrota no sirvieron: técnica por disimular una falta y falló desde el perímetro. Ahora, sí: mate.