El Real Madrid recibe hoy (17:00, MD) en el WiZink Center a un MoraBanc Andorra que ha sufrido una auténtica plaga bíblica en el puesto de pívot en las últimas semanas: Moussa Diagne, Tyson Pérez y Bandja Sy, tres de sus cinco altos, estarán fuera una larga temporada por lesión y los del Principado han buscado en Daniel Clark una solución temporal. El pívot británico (31 años y 2,10 m), que ha firmado un contrato por dos meses, es todo un trotamundos del baloncesto español.

Criado en la cantera del Estudiantes, a la que llegó con 15 años, ha pasado por seis equipos diferentes, cinco de la Liga Endesa, desde que abandonó el conjunto colegial en 2013. Cada verano un cambio de camiseta, menos en la 2016-17 en la que jugó en Macedonia antes de recalar en el UCAM Murcia, y solo dos repeticiones: Fuenlabrada y el propio Andorra (ver tabla adjunta). Muchos cambios. Poco estabilidad que el británico lleva con resignación. “Es lo que hay. No he tenido ni la oportunidad ni la continuidad para estar en un mismo equipo más de una temporada seguida. Pero ha sucedido así y me adapto como puedo”, asegura Clark. “Si quieres jugar a este nivel es lo que hay que hacer. Tampoco me ha ido tan mal, aunque me habría gustado tener más continuidad en ciertos momentos”.

Un escenario cambiante que afecta a toda la Liga Endesa. En los últimos tres veranos se produjeron 330 movimientos en los 18 equipos de la ACB. Son 110 de media por curso. 6,1 nuevos integrantes en plantillas que, salvo contadas excepciones, están formadas por doce jugadores. “Este año es el primero en el que el Andorra ha hecho renovaciones por más de una temporada. Esto en el baloncesto español era muy poco habitual hasta hace poco... a no ser que ficharas por el Madrid o el Barça”, continúa Clark, que ve el lado positivo de su nómada carrera: “Es una nueva oportunidad (cada cambio). Otra experiencia en tu vida. Me ha permitido aprender muchas cosas del baloncesto y de los lugares en los que he vivido. Este deporte es nuestro amor”.