El Betis cumplió con su favoritismo y ascendió a la Liga ACB a falta de cuatro jornadas para cerrar una LEB Oro que dominó desde el comienzo y en la que puso su inmejorable broche con un triunfo contundente ante el Real Canoe (66-86). Tras dos descensos (uno efectivo) y una situación llena de incógnitas, el baloncesto de élite regresará a Sevilla la próxima temporada tras un éxito apoyado en la buena gestión desde el banquillo de Curro Segura y una estructura deportiva que no existió en el pasado reciente. La visita a Madrid para finiquitar el logro parecía una fiesta cantada y lo fue: el conjunto verdiblanco dominó a su rival en casi todos los aspectos y celebró junto a muchos de sus aficionados el ansiado ascenso a ACB.

El Betis firmó un triunfo amplio que evidenció la gran superioridad con la que dominó la categoría desde el inicio de temporada. Si hace meses superó el mejor registro de victorias consecutivas en la historia de la LEB, esta vez impuso el ascenso más rápido de esta competición desde que cuenta con 18 equipos. El Real Canoe fue un invitado que deseó romper la fiesta pero no lo consiguió. Firmó un buen primer cuarto antes de ser víctima del talento rival: Johnny Dee fue el líder del equipo sevillano sobre la pista y a su acierto imparable se sumaron Stainbrook y Dani Rodríguez, fieles reflejos de la consistencia mostrada por este Betis durante el presente curso. El 30-42 del descanso resultó definitivo.

Nombres como los de Tobias Borg, Thomas Bropleh, Obi Enechionyia y Pablo Almazán acompañan en méritos a otros protagonistas que ahora sueñan con brillar en la élite el próximo curso. El pabellón Pez Volador se convirtió en escenario festivo para los béticos. Sonrió una afición deseosa de ver a los suyos de regreso entre los mejores del baloncesto nacional. Sonrió un Curro Segura que supo repartir minutos durante toda la campaña entre una plantilla sin egos y con un carácter solidario sobre la pista. Y sonríe Sevilla, que regresa al sitio que nunca debió abandonar.