Cluj
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Algo menos bella que con Pau Gasol, descansando en el banquillo en espera de próximas y más duras batallas, España hizo un trabajo profesional y también marcó con aspa verde el recuadro de Rumanía. Su tercera victoria consecutiva le convierte virtualmente en equipo de octavos de final. Cualquier otra cosa, como ya anticipó Scariolo, hubiese resultado “una catástrofe nuclear. El partido tardó unos minutos en aclararse porque Rumanía, como en jornadas anteriores, estuvo fogosa en el inicio (su última ventaja fue 18-19 casi al final del primer cuarto) y España tardó un poquito en ajustarse el cinturón. Ricky estuvo otra vez inmaculado en el tiro y Marc, después de una puesta en escena algo errática, metió ocho puntos consecutivos para firmar la primera brecha del partido. Del 23-22 se pasó al 41-27 al descanso. Scariolo observó que el partido ya estaba resuelto y Marc y Ricky también entraron en su plan de rotaciones. No jugaron en la segunda parte.

Fue el momento de los secundarios. Juancho Hernangómez (18 puntos) se ha convertido en uno de los preferidos de la afición de Cluj. A sus 21 años, es curioso ver su química con Pau, con quien comenta en el banquillo sus plásticos mates. Oriola también acertó con unas cuantas transiciones. Minutos para todos. La inercia fue ampliando progresivamente la brecha entre los dos equipos hasta el rotundo 91-50 final. Todo va como la seda en España. El último amistoso en Lituania antes del torneo permitió intuir un equipo más sólido después de lo que se podía prever después del infortunio de Llull. España preveía un grupo sencilla y la hoja de ruta no le está contradiciendo. Hay algo de debilidad rival, pero hay mucho de química entre jugadores, dentro y fuera de la cancha. Todo el banquillo se levantó a aplaudir un mate de Sastre y un triple de Vives con 82-40 en el marcador. Seguimos disfrutando y aplaudiendo a España en Cluj.