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CAMPEONATO DE ESPAÑA JÚNIOR

Un Madrid demoledor, campeón de España júnior ante la Penya

Radoncic lidera una generación prometedora, con mucho físico y determinación, que barrió al Joventut en la final: +30. El Barça, tercero.
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Oscar Mendez levanta la copa de campeones ante el equipoALBERTO NEVADO

El Madrid recuperó el trono júnior, que le arrebató el año pasado el Barcelona, por la vía de la contundencia: como en 2015, arrasó de forma inmisericorde al Joventut, el campeón catalán, que se evadió del parquet ante semejante vendaval. Los inicios de los cuartos impares fueron tan demoledores que infundieron un respeto casi reverencial en la Penya. Éxito mayúsculo de una generación que lidera el alero montenegrino Dino Radoncic, la estrella que viene para hacer pareja arriba con Doncic, aunque a veces va al trote, se le ve sobrado y con ese lenguaje corporal en la élite te afeitan. Lo hace todo: asume la responsabilidad, da unos pases de fantasía, emplea su físico para hacerse hueco bajo canasta y sobre su zurda de oro tiene un tiro fácil increíble. En la final hizo 21 puntos, 12 rebotes, 5 asistencias y 27 de valoración. Aunque no anduvo muy lejos el cuatro almeriense Paco Salvador, un proyecto de Felipe Reyes, con intuición espectacular para el rebote, unos hombros como Miribilla de grandes y un trabajo infatigable: 16 puntos, 15 rebotes y 31 de valoración firmó, así que le dieron el MVP de la final. Mueve los pies rápido a pesar de su gran tamaño, coge la posición como un jefe y su peligro puede venir también de fuera: tiene cambio de ritmo cuando encara.

Otro que maravilló en el partido por el título fue el interminable cinco senelagés Khadim Sow, aunque su torneo ha sido normalito. Su gran tamaño fue un muro inabordable para un equipo con poca altura como el Joventut. Su actividad en pista es frenética, hasta tuvo un rifirrafe con un rival. Dice que idolatra a Serge Ibaka y si no se lo cree más de la cuenta tal vez le pueda imitar algún día. El ritmo del Madrid, cadencioso sin advertir tanto talento como los del primer equipo a su edad ni la misma vocación ofensiva, es como una apisonadora que nadie ha podido resistir en Miribilla esta semana. Sufrió ante el Granca en cuartos y contra el Barça en semis aguantó un tiro triple en el último segundo que le podía haber eliminado, pero al final se llevó la copa con justicia. Hay mucho músculo en este grupo.

En la final metió el cuadro merengue un 21-0 que arrasó a los badaloneses (27-64). Quizá Javier Juárez tenía que haber dado más premio a los chavales que gozaron de poco tiempo en pista. Pinta gloriosa también tiene el base bosnio Sani Campara, infalible en tiros triples a pies quietos. Es muy inteligente, pequeño (lo que hace casi imposible robarle la bola en bota) y con agudeza para el pase. Del Joventut se vieron cosas interesantes en el poste Parrado y el eléctrico base Didac Cuevas.

Por lo números de valoración, el injusto MVP del torneo se lo llevó el poderosísimo Biram Faye (Granca), también mejor reboteador del evento. Álvaro Tebar (Fuenlabrada) fue el mejor pasador e Ignacio Rosa (del Unicaja, hijo del histórico Juan), fue el máximo anotador. Por el campeonato han pasado apellidos ilustres, hijos de... como Betolaza, Aldama, Llano, Sánchez (el vástago del gran Manel, el tirador lucense), Nicola, Urdiain, Sanz (descendiente de Loquillo), Wolkowyski y Cargol. Bilbao cerró un campeonato muy bien organizado, en el que se echó en falta al presidente de la FEB, Jorge Garbajosa.