La experiencia de Mumbrú conquista Sevilla para el Bilbao

Al Bilbao le bastó un primer cuarto perfecto para llevarse el duelo ante el Baloncesto Sevilla en San Pablo. Mumbrú y Bertans, con 15 puntos cada uno, brillaron para los de Sito Alonso frente a un conjunto sevillano que no aprendió a vivir sin Nachbar.

Tardó el Baloncesto Sevilla un cuarto en aprender a vivir sin Nachbar. El esloveno recibió una intensa presión desde el inicio y su puntería no fue la de la pasada jornada. Sin él, un Bilbao casi perfecto se plantó en diez minutos con una ventaja de 16 puntos fabricada a través de un 86% de eficacia en tiros de dos y de tres. Poco podían hacer los locales ante la máquina diseñada por Sito Alonso. Hannah se paseaba por la pista con elegancia y Bertans ejecutaba con tiros de tres. Los sevillanos miraban el marcador a sabiendas que un plan nuevo era obligado. Y lo ejecutó Casimiro.

El segundo cuarto invitó a los locales a la partida. El Bilbao bajó sus porcentajes de acierto a cifras terrenales y Anderson entró en escena para acertar más que fallar, algo que hasta el momento no era una constante en su juego. Miljenovic y Oriola ejecutaron carreras que despertaron a San Pablo de su letargo apoyado en lo imposible. Mumbrú, mientras, mantenía la ventaja de los suyos con acciones esporádicas de calidad.

El segundo tiempo enseñó las mejores armas de ambos. Con Nachbar sin acierto, Anderson aceptó el reto de un liderazgo nuevo. Los de Casimiro se pusieron por delante antes de que Bertans hiciera una exhibición de puntos en tiempo limitado. Balvin y Oriola temblaron bajo el aro, pero el ritmo frenético mantuvo a los sevillanos con distancias cortas a las puertas de un último cuarto que decidió.

La experiencia de Berni Rodríguez es un grado. Con la igualdad como telón de fondo, asumió responsabilidades en ataques que dañaron la confianza de un Bilbao desacertado: a esas alturas su porcentaje de acuerdo en tiros de tres se había reducido a la mitad. Tampoco fue brillante la ejecución de los momentos claves en los locales: Slokar fue un torbellino de nervios y Miljenovic fabricaba inventos sin asociaciones.

Con cinco minutos por delante, un 65-65 invitaba a la aparición de hombres claves. Pero Nachbar llegó tarde. Ruoff tiró del carro cuando Anderson ya se había caído del mismo. El Bilbao tembló menos y se llevó un choque de nervios que tuvo en sus manos desde el arranque y casi se evapora.