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LA INTRAHISTORIA

Sabonis, ejecutor del 3-0 de 1994

Desenlace histórico para dos pívots históricos del Madrid, para Sabonis y para Clifford Luyk. Uno en la pista, apabullando al Barcelona con sus 20 rebotes; y otro en el banquillo

Liga en Barcelona. Alegría comedida en el vestuario blanco.
Jesús Rubio

Fue un desenlace histórico para dos pívots históricos del Real Madrid, para Arvydas Sabonis y para Clifford Luyk. Uno en la pista, apabullando al Barcelona con sus 20 rebotes; y otro en el banquillo, rumiando que era el final de su carrera como técnico madridista tras un pasado glorioso como jugador, y luego esperando su oportunidad a la sombra de Lolo Sainz.

Aquella final que el Real Madrid ganó 3-0, con el triunfo decisivo en el Sant Jordi cuando se esperaba la remontada de un Barça en transición, en el que Epi aún ejercía de líder de un grupo de fajadores de élite pero sin talento, fue sin duda otra de las grandes demostraciones de Sabonis como gigante insuperable. Gracias al imán para los rechaces, Joe Arlauckas también tuvo una tarde apacible en el Sant Jordi, aunque la realidad es que el único damnificado del Real Madrid fue Isma Santos, a quien Crowder le puso un ojo a la virulé en un choque normal en estos partidos, sin intención de llegar a más.

Sin embargo, no hubo fiesta en el hotel de los blancos, o si la hubo fue en las habitaciones. Para entonces ya se sabía que Antonio Cañadas, que llevaba la sección como directivo tras suceder a Mariano Jaquotot, estaba muy distanciado de Clifford Luyk, quien se refugió con su fiel ayudante Tirso Lorente en unas butacas del hall. Aquel 3-0 histórico no se le valoró lo suficiente a Clifford; es más, se insinuó que lo conquistó por Sabonis. Pero la historia pone a cada uno en su lugar.