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ACB | MMT Estudiantes 71 - A. G. Fuenlabrada 89

El Fuenlabrada ya es el primer equipo de Madrid

Batió a domicilio al Estudiantes con Oleson de líder

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<b>UN BALUARTE. </b>Ramos, que tapona a Iturbe, cuajó un gran partido.
UN BALUARTE. Ramos, que tapona a Iturbe, cuajó un gran partido.felipe sevillano

De haber guardado en conserva la crónica del domingo anterior, la del triunfo ante el ViveMenorca, valdría. Acababa con el elogio a Saúl Blanco y su candidatura a la Selección. Siete días después, más de lo mismo, de nuevo con un Alta Gestión Fuenlabrada ejemplar que ayer bailó al MMT Estudiantes en su propia casa. "Somos el primer equipo de Madrid", podría cantar la afición fuenlabreña. La clasificación ACB no miente y ahí lo tienen, sexto, en puestos valederos para esa Copa del Rey en la que le niegan invitación.

Bastaron cinco minutos para ver por dónde iban los tiros. El Fuenlabrada se situó con 3-12 gracias al mano a mano tirador de Mainoldi y Blanco. Casimiro redecoró y dio paso a Udrih, quien anotó nada más entrar. Pero el Fuenla no cedía y se aupaba a hombros de PJ Ramos, que son muchos hombros (2,22 metros). El puertorriqueño sumaba ocho puntos y andaba listo en defensa, su habitual vía crucis. En el segundo cuarto Estudiantes apretó en la presión, pero lo del Fuenla fue un momento de duda, sólo eso, disipado por el letal Oleson en los triples. Tres seguidos llevaron a los visitantes 14 puntos arriba (19-33, min. 15) y regaló un oxígeno que ya nunca faltó.

Para ser exactos, el Fuenla tuvo otro instante de apuro, nada más arrancar el tercer cuarto, cuando un triple de Udrih apretó la cosa (35-41). Popovic -que de relevo temporal sólo tiene el contrato- hacía daño dentro y Jasen reivindicaba los galones del capitán, pero Luis Guil movía de nuevo sus piezas y acertaba. Cuando entraba Tskitishvili, cuando saltaba Bueno, cuando jugaba con tres bajitos... o cuando rompía la zona 2-3, recurso del Estu al arrancar el último cuarto y que resultó un paraguas roto. Porque llovía con triples de Mainoldi, Oleson y Blanco hasta el 16/31 de acierto que cerró el partido. Un diluvio. Al rival le toca ahora achicar agua.