nba | toronto raptors 109 - philadelphia 76ers 96
Calderón, Parker y Bosh devuelven la sonrisa a Toronto
Después de dos derrotas seguidas, Toronto recibía a Philadelphia en un partido que era una ocasión perfecta para retomar la senda de la victoria y mantener la segunda plaza del Atlántico ante el empuje de los veteranos Nets. Los de Sam Mitchell cumplieron, pero no lo tuvieron fácil ante los luchadores Sixers, que nunca perdieron la cara al partido.
Dos equipos del Atlántico en mal momento pero diferentes circunstancias se medían en el Air Canada Centre de Toronto. Los Raptors, tras dos derrotas y siete en diez partidos, necesitaban una victoria que les mantuviera en balance positivo y les permitiera conservar la segunda plaza de una división ante la mejora de New Jersey Nets. Y los Raptors ganaron (18-17), pero no lo tuvieron tan fácil como aparenta el marcador (109-96) ante unos luchadores Sixers, que encadenan cinco derrotas (14-22) pero a los que nadie puede reprochar su actitud.
En plena reconstrucción desde la marcha de Iverson, Philadelphia, al contrario que otros equipos con balance perdedor y no demasiadas aspiraciones, es un equipo incómodo, que se entrega en cada partido y que se convierte en peligroso cuando Miller, Iguolada y Dalembert rinden a su mejor nivel. Por lo general no es fácil ganar a los Sixers, y Toronto lo comprobó durante más de dos cuartos: 25-25 al término del primero, 52-50 al descanso. Green e Iguodala (finalmente 18 y 16 puntos, respectivamente) daban réplica a Bosh, que dirigió el ataque de su equipo en los primeros minutos y sobre todo a Parker: 22 puntos con el primer tiro fallado bien entrado el tercer cuarto.
Otro gran partido de Calderón
Mediado el tercer cuarto llegó el primer tirón de los locales, que les llevó a superar los diez puntos de ventaja (77-64) a las puertas del último parcial, en el que Philadelphia luchó sin premio contra una inercia que les conducía irremediablemente a la derrota.
Junto a Parker y Bosh (21 puntos), la clave del triunfo de los Raptors estuvo en la aportación desde el banquillo de Delfino (12 puntos, 5 rebotes) y sobre todo, y una vez más, en otro impecable partido de Calderón, convertido ya en imprescindible para su equipo. Sus estadísticas lo dicen todo: en casi 41 minutos jugados (el que más de su equipo) anotó 17 puntos con 3/5 en triples, repartió 9 asistencias y cogió 6 rebotes. Sin estridencias, el extremeño dirigió con maestría a un equipo que recupera la senda de la victoria ahora que la buena racha de Nets no les permite ningún respiro, toda vez que la segunda plaza de su división es la aspiración máxima de ambos ante la jerarquía indiscutible de Boston.