Salvo algún córner, apenas llegaron balones a Raya, portero moderno y con un gran pie.
Ha sido una bonita Vuelta a España, ganada por el favorito, Roglic, pero con cierta intriga.
Como competición nueva, recibió críticas por cargar el calendario más de lo que está, pero nunca fue así.
Vinicius estuvo realmente mal. Esta vez no fue por causa de peleas, que no las hubo.
En estos años aparecen sobre todo en el Barça, porque lo hace mejor, por necesidad económica.
Al final el Rayo sacó su casta, apretó de nuevo y hasta rozó el empate en el largo descuento.
A mí no me terminaba de convencer en el medio centro, donde le costaba mantener la posición.
Lo que hubo fueron dos golazos de los suplentes Brahim y Endrick.
El número de jugadores externos incorporados durante su mandato se eleva a veintiséis.
No le faltan mano, temple e ingredientes para que le salga bien, pero conviene tener paciencia por si acaso.
Y queda la posibilidad de una buena venta de Omorodion, que llegó hace un año por 6 millones.
Esa felicidad previa en ambas casas parecía ser la firme promesa de un gran partido.
Con Muriqi como hombre diana arriba, el Mallorca mezcló juego largo y directo con avances bien elaborados.
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