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LOTERÍA DE NAVIDAD 2024

Si ganas la Lotería de Navidad debes evitar el sudden wealth syndrome: puede causar pánico, aislamiento y sentimiento de culpa

Este síndrome se manifiesta en las personas que reciben una cantidad ingente de dinero y no saben cómo manejar sus riquezas y experimentan síntomas como el aislamiento, el sentimiento de culpa y un miedo extremo e irracional a perder el dinero que han ganado.

Si ganas la Lotería de Navidad debes evitar el sudden wealth syndrome: puede causar pánico, aislamiento y sentimiento de culpa
Juan Carlos HidalgoEFE

Ser uno de los afortunados ganadores de la Lotería de Navidad, tiene una parte positiva y una negativa. La parte positiva es que con el dinero del premio, una persona puede invertir ese dinero para saldar ciertas deudas que tenía pendientes, como puede ser la hipoteca o el pago de un préstamo bancario. Aunque en el caso negativo, el dinero de la lotería te puede producir un efecto perjudicial como es el síndrome de la riqueza repentina.

Este síndrome de la riqueza repentina o sudden wealth syndrome, por su nombre original en inglés, lo padece la gente que obtiene grandes cantidades de dinero y tiene que lidiar con un nuevo estatus socioeconómico que no sabe cómo manejar, y experimenta síntomas como el aislamiento, ataques de pánico, el sentimiento de culpa y un miedo extremo e irracional a perder el dinero que ha ganado. Esta patología fue denominada, de tal forma, por el psicólogo, Stephen Goldbart, uno de los psicólogos más célebres del instituto Money, Meaning and Choices.

Goldbart destaca que para llegar a sufrir este síndrome, no es necesario ganar la lotería, sino que también les sucede a gente que recibe una inesperada herencia o a aquellos que conocen un éxito profesional repentino que les trae mucho dinero. Aunque no solo afecta a los afortunados ganadores de la lotería, los organismos oficiales de lotería suelen orientar a los ganadores acerca de cómo invertir el dinero y cómo sobrellevar la situación.

Fases del síndrome de la riqueza repentina

El instituto Money, Meaning and Choices (MM&C) ha explicado cuáles son las cuatro fases que suelen atravesar los recién afortunados. La primera es la denominada “luna de miel”, donde al igual que una relación nueva que empieza, el dueño del dinero se siente fuerte y dichoso, y se realizan gastos ostentosos e innecesarios. La segunda fase es la aceptación de la riqueza: la sensación de fortaleza se empieza a mezclar con la de vulnerabilidad y el nuevo rico empieza a plantearse la necesidad de poner límite a sus gastos.

En la tercera fase se manifiesta una consolidación de la identidad, donde el nuevo rico acepta que lo es y aprende a lidiar con su nueva identidad, la cual ahora está definida por su enorme riqueza. En la última fase, la de administración, el nuevo dueño del dinero ha establecido una relación madura con su riqueza y tiene claro que hacer con él en términos “personales, familiares y filantrópicos”.

Casos de nuevos ricos

Desde el MM&C, recomiendan contratar un asesor financiero, y en ciertos casos, un buen psicólogo. Existen miles de casos en los que muchas personas han obtenido una riqueza y no han sabido cómo manejarla. Uno de los casos más conocidos fue el de la británica, Vivian Nicholson, la cual ganó unas 152.000 libras en 1961 (unos tres millones de euros actuales al cambio) gracias a una quiniela deportiva y, tras gastárselo de forma rápida y estúpida, se quedó viuda, se casó cuatro veces, se endeudó, se hizo alcohólica y acabó bailando en un club de estriptis.

Pese a que hay muchos casos similares al de Vivian, también hay muchas excepciones de personas que han sabido manejar sus riquezas. En 2017, la Cadena Ser localizó a algunos ganadores del Gordo de la Lotería de Navidad de años anteriores. El frutero José Antonio García empleó sus 800.000 euros para comprarse un piso algo poco mejor del que tenía, un coche y pagar deudas. En otro de los casos, María ganó 400.000 euros, y se compró con su marido una casa en las afueras de Madrid.

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