El truco para saber si un décimo de Lotería de Navidad es falso
Algunos vendedores callejeros intentan aprovecharse de las colas que se forman en administraciones como Doña Manolita para vender décimos falsificados. Sin embargo, hay formas de reconocer la estafa.
En uno de los grandes clásicos del cine negro de la historia, El halcón maltés (1941), el detective Sam Spade, interpretado por Humphrey Bogart, busca, encuentra, pierde y vuelve a encontrar el halcón maltés, una pequeña y valiosísima figura recubierta de joyas que ha ido pasando de mano en mano y que al llegar a San Francisco provoca muertes, engaños, traiciones y en general todos los elementos que construyen una gran película de este género. Al final de la película (alerta spoiler), se descubre que la estatuilla es, en realidad, una falsificación, que la verdadera nunca llegó a EE.UU y que hay algo peor que la avaricia, que es la avaricia con las manos vacías. Cuando Spade entrega el halcón maltés a la policía y estos le preguntan de qué está hecha la escultura, el ingenioso personaje responde: “es del material del que están hechos los sueños”.
Esta frase, que más tarde sería repetida y parodiada hasta la saciedad, hace referencia a todas las fantasías que los personajes depositan en un objeto quimérico a lo largo del film y que, al igual que los sueños, se acaban desvaneciendo. Sin tanta violencia y mentiras de por medio, los jugadores de lotería también vuelcan sus esperanzas en un papel que confían que, con una pequeña ayuda de la diosa Fortuna, pueda bañarlos en oro. Pero si algo nos enseña el halcón maltés, es que, si vamos a verter nuestros deseos económicos en un objeto, es mejor asegurarse que este es verdadero.
Comprar directamente del establecimiento
Cada año, aprovechando el tirón de la lotería, muchas personas buscan estafar a los millones de compradores vendiéndoles décimos falsos. Como muchas veces estos décimos falsos son muy difíciles de reconocer, lo más recomendable es limitarse a comprar décimos de Lotería de navidad en administraciones autorizadas y no a personas que los venden la calle, especialmente cuando estos vendedores dicen vender décimos de puntos de venta famosos como Doña Manolita o la Bruixa d’Or. Si compramos el décimo por Internet, cosa cada vez más común, lo mejor es asegurarse de que aparece el código de compra segura HTTPS:// en la barra de navegación (URL). Por último, siempre que nos quieran cobrar un precio diferente al establecido de 20€ por décimo, deberemos desconfiar.
Reconocerlo a vista
Si tenemos un décimo de Lotería en nuestras manos, también hay formas de averiguar si este es falso, ya que, al igual que en la imprenta de billetes, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre cuenta con sistemas antifraude para que los décimos sean prácticamente infalsificables. Los décimos, por ejemplo, se imprimen en papel OCR (¿será este el material de los sueños?), con unas fibras luminiscentes en el propio décimo solo visibles por luz ultravioleta. Además, cada décimo está personalizado con un código de barras y una numeración exclusivas de ese boleto. Por último, la impresión de seguridad posee una combinación de tintas de seguridad en color oro que cambian de color cuando lo movemos.
Encontrar a la Virgen
En caso de que, por algún despiste, nos hayamos olvidado de salir de casa sin nuestro lector de código de barras de confianza y se nos haya quedado la linterna de luz ultravioleta en el abrigo, la manera más fácil de comprobar si nos intentan estafar es buscar la imagen de la Virgen de la granada, de Fra Angelico, en uno de los marcos color oro. Si no tiene esa imagen, el décimo no es auténtico.