Concha Corona es la gerente de Doña Manolita, la administración de Lotería más famosa de España que está en la calle Carmen, 22 de Madrid y que tiene filas permanentes desde junio hasta después del sorteo del Niño. Doña Manolita ha repartido premios, dinero y mucha alegría. A sus puertas llegan desde todos los rincones del mundo y desde todas las comunidades autónomas. Es casi una religión hacer la cola y comprar décimos para compartir con amigos o jugarlo en familia. Cada año tienen mil anécdotas por contar, historias que merecen ser contadas, que emocionan y que en sí mismo podrían ser el anuncio de la Lotería de Navidad.

Concha recibe a AS a las puertas de la administración. Entre cientos de personas que compran los últimos décimos antes del sorteo de mañana nos cuenta todo sobre Doña Manolita. Supersticiosa como la fundadora, hay detalles que prefiere guardarse y no compartir. Una entrevista que te traslada a uno de los días más bonitos del año que da el pistoletazo de salida de la Navidad.

-¿Cómo es el día a día en Doña Manolita?

-Empezamos con el gran cúmulo de trabajo en julio, cuando nos llega el papel (los décimos de Navidad). Tenemos que organizarlos. Es como en una oficina. Lo más bonito son las historias que nos cuentan. Tenemos un cliente que nos hace mucha gracia porque está convencido de que se va a comprar un barco. Está convencidísimo. Nos ha enseñado las fotos, ha hablado ya donde comprarlo y le digo: “Pero si todavía no le ha tocado” y él me dice: “Y lo bien que me lo estoy pasando. Le he dicho a la vendedora que me lo estoy pensando”. Eso es ilusión y gusta mucho.

-¿Cuántas personas trabajan en Doña Manolita?

-En campaña somos más de 35. Nuestro horario es de lunes a lunes, de 9 de la mañana a 9 de la noche para el público. Pero hay que estar antes, colocar las cosas, abrir... Y luego, a última hora, hay que cerrar. Hacemos muchos turnos y necesitamos a mucha gente. Pero tenemos unos jefes que chapó, porque no es lo normal. Aquí no metemos horas…

-¿Qué números se han terminado antes?

-Los números acabados en 5 son los que se acaban antes, pero el 13 les contaré que está todo vendido nada más llegar a la administración. Son números de abonado, entonces es muy complicado conseguirlo. La gente que compra en la calle nos dicen que los 13 los venden con un plus de 5 euros. Los 13 son una herencia que pasa de padres a hijos. Yo conozco a varias generaciones. El 13 es un número que se supone que es mala suerte y, en cambio, en la lotería es un número fetiche.

Los números acabados en 5 son los que se acaban antes"

Concha Crespo, gerente de Doña Manolita

-Justo le íbamos a hablar de los vendedores en la calle que venden décimos suyos, también, en cierto modo, impulsores de la marca Doña Manolita...

-No os digo que no, pero también hay gente que hace la cola y que no compran solo para ellos, vienen a comprar para amigos y más familia que les han encargado. Ha sido el boca a boca lo que ha hecho siempre nuestro éxito.

Los 13 están todos vendidos, nada más llegar a la administración"

Concha Crespo, gerente de Doña Manolita

-¿Cuántos décimos se venden al día…?

-Me van a perdonar, pero soy una mujer muy supersticiosa y no voy a dar datos. A doña Manolita le pasaba lo mismo, creo que lo he copiado a ella y no damos cifras.

-¿La conoció?

-No, pero me han hablado mucho. En el templo de la buena suerte no voy yo a tentarla. No damos cifras nunca. Es una de sus supersticiones...

-¿Y cuántas más?

-Hay alguna cosa más que hacemos. Se va preparando algo que llevamos a cabo la noche del 21 de diciembre. Cuando cerramos, estamos todos y hacemos una cosa que no la podemos contar...

-¿Atrae la buena suerte?

-No lo sé, pero lo vamos a seguir haciendo. También es curioso que a doña Manolita nunca le tocó, pero tampoco a ningún encargado o gerente que haya estado. Me voy a acabar jubilando y nada. Tampoco le ha tocado a ningún trabajador. Si les tocó una vez hace muchos años, pero no en el sorteo de Lotería de Navidad nunca. Y mira que lo tenemos cerca. En casa del herrero cuchillo de palo.

También es curioso que a doña Manolita nunca le tocó, pero tampoco a ningún encargado o gerente que haya estado"

Concha Corona, gerente de Doña Manolita

-¿Es cierto que los agraciados no aparecen ni dan las gracias?

-Las personas a las que le toca no vienen, no aparecen. Antes sí, porque a la hora de cobrar los premios, el administrador tenía que ir al banco, ahí sí había una relación, de hecho yo tengo una anécdota muy bonita, una señora mayor que iba con la administradora, se puso a repartir a todo el mundo. Yo le dije muy seria, que tenía que pedir un crédito porque no le llegaba. Y mi jefa le preguntó: ¿“Y para usted qué quiere?”. Ella nos dijo: “Yo tengo todo lo que quiero, no quiero nada”. Esas cosas tan bonitas no las vives ahora, la gente va directamente al banco. A veces traen bombones, no sabes por qué los traen. Algunos sí ha llamado como locos diciendo que le ha tocado.

-¿Tienen un control de a quién van los premios?

-Está todo informatizado, sabemos el día exacto que se vendió, la hora y el minuto, pero jamás lo vamos a decir.

-¿Tienen venta exterior?

-Está totalmente prohibido vender Lotería fuera, pero vienen a comprarnos cuando vienen de turismo. De Francia vienen mucho, incluso medios de comunicación franceses, Al Jazeera viene mucho o medios argentinos...

-¿Y la lotería viajera?

-No, la gente quiere lotería de Doña Manolita, no que te lo den de otra administración.

-¿Qué estrategia tienen para la petición de números?

-Los que nos mandan. Hay un número que pedimos que es feísimo, que juega una compañera y unos amigos míos. Pedimos 30 series de ese.

-¿Qué está estipulado como número feo?

-Los que empiezan por cero, los que tienen números repetidos, los altos. A la gente no le gusta. Estoy convencidísima, después de muchos años, que dónde está el premio es en lo que te dé la lotera. No pidas, la suerte es esa. El número que sea el Gordo de la Lotería de Navidad te lo da la mano de la lotera. Mi padre, por ejemplo, quiere el cinco y yo le dijo: “No es eso, es lo que te dé la lotera”. Y él me dice: “bueno, pero el cinco también”.

-Historias infinitas que merecen ser contadas...

-Tantas... A una señora le mandamos lotería afuera y entonces nos llamó y nos dijo que qué vaya número le habíamos mandado, que no iba a salir. “¿Cómo sabe usted que ese número no va a salir?”. Si el problema es que no le gusta, se lo cambiamos. Y nos dijo: “Pues que ese número tiene muchos ceros y pesa menos y es imposible que salga”. Le explicamos que todas las bolas pesan igual, pero no acabó convencida.

-Incluso habrá historias de amor.

-Por supuesto. Una pareja se conoció aquí, vienen todos los años y juegan el mismo número. Tenemos relación con ellos, nos llaman, vinieron aquí a hacerse la foto de la boda. Tienen hijos y nos hace mucha ilusión verlos. Son como de la familia.

-Alguna historía más que merezca ser contada...

-Una anécdota muy bonita de la lotería, un señor tenía una pequeña empresa y le tocó y lo repartió entre todos los empleados. Yo no sé si lo haría, sinceramente, ¿lo haríais vosotros? Otra, la historía de un cliente que tiene una empresa grande y conocida. Compraba el número entero para sus empleados y lo guardaba en un sobre cerrado. Si había tocado el gordo en Doña Manolita lo abría. Si no lo daba directamente a sus empleados sin saber si tenía premio o no.

-Qué bonito todo lo que nos cuentas. Que la suerte os acompañe el lunes. Gracias...

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Este año en el Diario AS nos hemos propuesto darte toda la información sobre la Lotería de Navidad:

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