Whittier, el pueblo que decidió vencer al frío viviendo todos bajo un mismo techo
Ubicado en el sur de Alaska, este peculiar pueblo-edificio, construido a mitad del s.XX, cuenta con comisaría de policía, supermercado y oficina de correos.
Un enorme edificio de 14 plantas, que en su día fue el más alto de toda Alaska, se yergue sobre un terreno blanco y desolado frente a una bahía de aguas congeladas. Este gigantesco bloque de ventanas rectangulares rodeado por una cordillera de montañas nevadas recuerda al Hotel Overlook, a través de cuyas puertas asomaba (y perdía) la cabeza Jack Torrance en la película “El resplandor”, quizás no tanto por la arquitectura, mucho más simplista, sino por la soledad que parece transmitir a la vista de cualquier observador. Pero si en la película de Kubrick nos invadía un sentimiento de angustia al ver las grandes salas vacías, los largos pasillos silenciosos, el ambiente en Whittier, el pueblo en cuestión, es completamente diferente, ya que en este edificio viven más de 200 personas, las cuales suponen, aproximadamente, un 85% de la población total de la localidad.
Origen militar
La historia de este curioso “pueblo bajo un solo techo” tiene su origen en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando el gobierno de EE.UU decidió instalar una base militar en la bahía, que originariamente se llamó Camp Sullivan y fue durante muchos años el puerto principal de Alaska (teniendo en cuenta que la mayor parte sus aguas están congeladas gran parte del año y que en esa época la población de Alaska no superaba a la de la actual Huelva, no parece tampoco algo difícil de conseguir). Durante la guerra fría se decidió ampliar el lugar y se construyeron La Torre Begich y la Torre Buckner para albergar a las familias de los militares. La primera aloja hoy a la mayoría de las familias de Whittier que decidieron quedarse en el lugar después de que la administración estadounidense decidiera cerrar la base en 1960. La Torre Buckner fue abandonada y contempla en ruinas desde el otro lado del pueblo el afortunado éxito de su vecina.
Protegerse del frío
¿Por qué decidirían estas personas optar por un modo de vida tan “babélico”? La respuesta es obvia para todos aquellos que les ha tocado vivir tan cerca del Polo: el frío. La temperatura media del pueblo es de 0 grados y mañana, por ejemplo, tendrán una temperatura máxima de -4 grados. Ante este panorama, la respuesta de Whittier fue tan obvia como expeditiva: no saldremos de casa. Para poder cumplir con su propósito, los habitantes de Whittier cuentan en su edificio con un supermercado, una oficina de correos, una lavandería, la comisaría de policía, la oficina del alcalde, un hospital, una iglesia, una piscina climatizada e incluso un hotel en las últimas dos plantas. El complejo cuenta con un total de 197 apartamentos, situados en las plantas superiores. Los casi 50 niños que habitan en este curioso pueblo van, también, al colegio, aunque este, eso sí, se encuentra fuera del edificio, por lo que los habitantes de Whittier decidieron construir un túnel que conectara ambos edificios.
Nuevo destino turístico
Haber hecho de la lucha contra el frío un peculiar modo de vida atrajo la atención de muchos turistas, entre los meses de mayo y septiembre un total de 130.000 personas (500 veces su población) visitaron el pueblo gracias a los cruceros que durante el verano atracan periódicamente en el puerto. Aunque muchos habitantes se dedican al turismo, otros trabajan en la fábrica de conservas que aprovecha la buena pesca de la zona o en el túnel que une a Whittier con la carretera hacia Anchorage. Este impresionante túnel que discurre por debajo de la montaña a lo largo de más de 4 kilómetros es el túnel combinado de ferrocarril y carretera más largo de EE.UU.
A pesar de aquello de “el roce hace el cariño”, la tasa de criminalidad en Whittier es un 9% superior a la media en EE.UU, lo cual a alguno le podrá parecer comprensible en el momento en el que se imagine cómo deben ser las reuniones de vecinos.