Una rica heredera quiere cobrar su prestación, su defensa sale fatal y la decisión impactará en muchos ciudadanos
Un tribunal alemán rechaza que una heredera millonaria siga recibiendo ayudas sociales y sienta un precedente con efecto en futuras herencias compartidas.
Quería seguir cobrando el subsidio estatal, a pesar de haber heredado más de un millón de euros. Pero su argumento se ha estrellado contra la justicia alemana, que no solo le ha cerrado la puerta a nuevas ayudas públicas, sino que ha lanzado un mensaje claro: quien tiene patrimonio suficiente para mantenerse, debe hacerlo sin cargar al Estado.
El caso, reportado por el medio Schwäbische, ha ocurrido en el suroeste de Alemania, y ha sido juzgado por el Tribunal Social del Estado de Baden-Württemberg. La acusada cobró durante más de 15 años lo que en España se asemejaría al ingreso mínimo vital, antes de que en 2019 ella y su hermana heredaran varios pisos y una cartera de inversiones que superaba el millón de euros.
Lejos de renunciar al subsidio, solicitó más ayudas, alegando que no podía beneficiarse aún de la herencia porque los pisos estaban sin reformar y, además, la comunidad de herederos seguía activa, impidiéndole actuar por su cuenta. Los jueces no compraron su relato. Dictaminaron que los bienes eran “realizables” y que, aunque aún no se hubieran vendido, podían ser convertidos en ingresos a corto plazo. Por tanto, debía sostenerse con ese patrimonio.
Un caso para acabar con todos los casos
Más allá de lo anecdótico, la sentencia tiene efectos prácticos inmediatos. En Alemania, es habitual que herederos compartan propiedades sin llegar a venderlas ni dividirlas durante años, lo que en algunos casos ha servido como excusa para seguir recibiendo ayudas sociales.
Este fallo rompe con esa inercia. Ahora, toda persona que herede deberá comunicarlo sin demora, y si el valor supera los 40.000 euros —el umbral legal—, las prestaciones se detendrán.
“Esta decisión es un soplo de aire fresco para quienes llevan años atrapados en comunidades hereditarias paralizadas por coherederos que viven gratis y no quieren vender”, afirma para Schwäbische Manfred Gabler, director de una empresa alemana dedicada a la gestión de herencias. “La sentencia aumenta la presión sobre los que bloquean el reparto y pone fin a un vacío legal que beneficiaba a unos pocos a costa de todos”, concluye.
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La justicia alemana ha dejado claro que, aunque el dinero no esté aún en la cuenta bancaria, si se puede vender o generar ingresos, no hay motivo para seguir recibiendo prestaciones públicas.
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