Una pareja se gasta casi 200.000 euros en una casa ‘a ciegas’ y no consiguen pisarla hasta 3 años después: “Nos retuvieron el dinero”
La pareja dio un salto de fe y compró la propiedad sin verla primero, pensando en convertirla en una “segunda residencia europea”.
Una pareja de Houston, Texas, pensó que había cerrado un trato inmobiliario ideal: un palacete histórico en Biella, al norte de Italia, por 160.000 dólares. Pero lo que parecía una ganga se transformó en una pesadilla de remodelaciones, trabas burocráticas y sorpresas desagradables.
La vivienda, de estilo Liberty de los años 30, había despertado entusiasmo por su arquitectura, techos altos y las vistas a las montañas. Pensaron tener una “segunda residencia europea” para escapadas. Sin embargo, al entrar por primera vez descubrieron desperfectos graves: azulejos rotos, instalaciones obsoletas, un calentador de agua colgando en la cocina, entre otros problemas estructurales.
La pareja, John Alan Ambrose y Vicky Ambrose, declaró en una entrevista con CNN Travel que afrontó múltiples dificultades durante la reforma: “Primero la barrera del idioma, luego las cotizaciones que cambiaban como las estaciones, los contratistas que desaparecían y las citas se difuminaban en plazos indefinidos”, dijo Vicky al medio.
Según relatan, el contraste con sus expectativas fue enorme: lo que en Estados Unidos podría haberse renovado en unos meses, en Italia se prolongó casi tres años. Vicky realizó frecuentes viajes para supervisar el avance, y hubo quien intentó aprovecharse de los por ser extranjeros, “muchos proveedores en Biella querían cobrar de más por sus servicios” contó la estadounidense.
Obstáculos patrimoniales
El edificio está ubicado en un centro histórico, lo que complicó aún más la reforma. Intentar modernizar ventanas o modificar exterioridades se topó con regulaciones rígidas, toda intervención debía respetar la fachada original y contar con la aprobación de la comunidad de propietarios y del municipio.
Tras invertir unos 174.000 dólares extra en la rehabilitación, el resultado fue un apartamento de unos 280 m² con cuatro dormitorios y dos baños, funcional como vivienda de vacaciones.
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Hoy, la pareja usa el inmueble como base para largas estancias en Europa, esquí, viajes por el continente, y escapadas desde Italia. Aun así, reconocen que el camino fue mucho más difícil de lo que imaginaron.
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