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Una mexicana se muda a un pueblo de 30 habitantes en España y confiesa lo que más odiaba cuando llegó: “Se estaba quedando atrás”

Sus vecinos, pese a ser de edad avanzada, continúan haciendo actividades que requieren mucho esfuerzo físico, como transportar leña en un cuevano o ir a la montaña.

Sus vecinos, pese a ser de edad avanzada, continúan haciendo actividades que requieren mucho esfuerzo físico, como transportar leña en un cuevano o ir a la montaña.
@vale&dach (TikTok)
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Mudarse al norte de España puede ser complicado para algunas personas. A diferencia del resto del país, algunas zonas de Galicia, Cantabria o El País Vasco pueden ser muy lluviosas y frías durante el año, unas condiciones un poco molestas para algunos extranjeros.

Así le ocurrió a Valeria. Nacida y criada en México, la joven se mudó hace dos años a un pueblo de Cantabria junto con su marido, Dachi. Y si bien adoran vivir en nuestro país, la experiencia se complicó al principio por los días de lluvia y frío tan comunes en los pueblos cántabros.

Según cuenta Valeria, ella “odiaba la lluvia” cuando llegó a España. Acostumbrada a la ciudad, le costó mucho normalizar que lloviera de forma regular. Sin embargo, pronto consiguió ver el lado bueno, y se dio cuenta de que “también tiene su encanto”.

“El problema viene cuando llegamos a la casa todos llenos de barro, pero siempre, lo primero que hago es enjuagarme yo y enjuagar a los perros”, asegura la joven a través de su canal de TikTok, @vale&dach.

La pareja vive, junto con sus perros, en un pueblo de 30 habitantes en plena montaña cántabra, y ya se han hecho a la vida rural en España. De acuerdo con Valeria, la estancia en Cantabria le ha enseñado “un montón de cosas que en una ciudad no son necesarias”.

A diferencia de lo que mucha gente le comenta a Valeria, ella disfruta muchísimo “de estas actividades”, como cuando sale cada poco día a recoger leña con su cuevano cántabro, una cesta hecha de mimbre u otros materiales pensada para transportar pequeños trozos de madera.

“Tanto es así que incluso los días que tengo que bajar a la ciudad me abruma un poco”, confiesa Valeria.

Una auténtica sorpresa

Uno de los aspectos de la vida rural en el norte de España que más ha sorprendido a Valeria es el estilo de vida de gente y su fortaleza física. Ella explica que todos sus vecinos son personas de edad avanzada, por lo que se maravilla cuando los ve hacer actividades que requieren bastante esfuerzo físico sin ningún problema.

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“A mí no deja de sorprenderme como, incluso a su edad, pueden seguir haciendo cosas como cargar un cuevano lleno de leña o seguir subiendo a la montaña”, asegura Valeria.

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