Una jubilada estadounidense se muda a España tras caer en bancarrota y narra su experiencia aquí: “Sabía que había encontrado mi lugar”
Ahogada por las deudas con un amigo suyo, y enfrentando una orden de ejecución hipotecaria, partió en busca de un lugar perfecto para jubilarse.

La vida en Estados Unidos puede parecer idílica desde el exterior. La “tierra de las oportunidades” es para muchas personas el lugar donde construir una nueva vida de éxito y desarrollo profesional. Sin embargo, la realidad se presenta, para una gran parte de los estadounidenses, como una experiencia injusta que les obliga a mudarse en busca de una mejor vida.
Esta decisión la tomó Marsha Scarbrough en el año 2017, una ciudadana estadounidense de 70 años que, escapando de su precaria situación en el país, llegó a Madrid. Aprovechando su visita a un amigo a España, juntos recorrieron Barcelona, Granada, Sevilla y Madrid como turistas, viendo nuestros museos, comiendo de nuestra comida y disfrutando de nuestro tiempo, hasta que se enamoró del país.
Pensando que España tenía un coste de vida muy elevado, la jubilada comprobó que se había equivocado. Marsha asegura que podía vivir en nuestro país por un precio muy inferior de lo que costaba Estados Unidos; se dio cuenta que era incluso más barato que los países latinoamericanos que había visitado.
“Se ajustaba a mi presupuesto y más. Y lo que es mejor, tenía una infraestructura de primer mundo y un transporte público tan excelente que no necesitaría un coche” explica Marsha.
Una perspectiva cuantitativa que, además, cumplía con sus demandas cualitativas. Según asegura, España cuenta con una calidad de vida inigualable: un clima soleado, gente amable y hospitalaria, una gran cultura y una gastronomía inigualable. Pero sin duda, para ella la mayor virtud de nuestro país es la seguridad.
“Lo mejor de todo era que España era un lugar seguro. Podía caminar sola a cualquier lugar, a cualquier hora del día o de la noche, sin miedo. Sabía que había encontrado mi lugar” afirma Marsha.
Un camino difícil
Con 63 años Marsha Scarbrough fue declarada en bancarrota por unas deudas con un amigo suyo, y se enfrentaba a un proceso de ejecución hipotecaria.
Tras 20 años trabajando en Hollywood como asistente de dirección, decidió mudarse a Santa Fe, en Nuevo México, con la esperanza de mejorar su situación financiera a través de inversiones inmobiliarias y la venta de bienes raíces. Pero con la llegada de la crisis del 2008 y la caída en picado de los precios de la vivienda, se encontró sin dinero y con una carga imposible de afrontar.
Ahí es cuando decidió mudarse de su país. Aprovechando los escasos dólares de la Seguridad Social y de su pensión tras haber trabajado en el cine, decidió recorrer el mundo hasta encontrar su lugar. Mexico, Guatemala, Argentina… todos los países con un costo de vida asequible parecían sufrir problemas sociales, políticos y económicos tan fuertes que los hacía inhabitable para ella, salvo uno: España, donde vive desde hace más de 8 años tras tomar “una de las mejores decisiones de mi vida”.
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